Confirmado: el Campus de la Salud de Granada invadirá la Vega para seguir creciendo y no morir de éxito. La decisión, que seguro no va a gustar a los grupos conservacionistas y ecologistas, fue adoptada ayer por el patronato de la Fundación que rige los destinos del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (PTS) -es su nombre oficial-. Tal y como estaba previsto, el proyecto establece la ocupación de casi 35 hectáreas -350.000 metros cuadrados-, pertenecientes al municipio de Ogíjares y otras 26,6 -260.000 metros cuadrados- que están en el término de Armilla. La mayor novedad es la inclusión de 78,5 hectáreas -más de 780.000 metros cuadrados- de Granada y La Zubia, unas parcelas que están situadas al otro lado de la Ronda Sur, es decir, en plena Vega, con todo lo que ello supone. El terreno en cuestión está catalogado como suelo no urbanizable «afectado al sistema de espacios libres de especial valor productivo» y linda con la autovía, el propio PTS y la A-44.
Modificaciones
Antes de meter allí las excavadoras será preciso, entre otros muchos trámites, modificar el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Granada (POTAUG). La irrupción en la Vega del complejo biomédico no va a producirse de hoy para mañana. Es un plan «a largo plazo» que requerirá una inversión, según los cálculos que maneja el patronato de la Fundación, superior a los 64 millones de euros.
En este sentido, los responsables el Campus de la Salud defienden una actuación gradual. La ampliación del PTS se llevará a cabo en tres fases. La primera se desarrollará en los terrenos de Ogíjares, cuyo Ayuntamiento ya había reservado ese suelo para el PTS. En este caso, no hay obstáculos para que prospere la iniciativa. Ogíjares espera su oportunidad desde 2007, que fue cuando la Fundación encargó un estudio para señalar posibles áreas de expansión. El PTS caminaba hacia su estrangulamiento por falta de sitio.
Localización idónea
Los resultados de dicho estudio concluyeron que Ogíjares era la «localización más idónea para albergar las nuevas instalaciones, al estar estratégicamente ubicada en relación con el actual recinto y presentar unos atributos físicos, ambientales y territoriales incuestionables (…)».
Pero las casi 35 hectáreas reservadas no iban a ser suficientes para satisfacer las posibilidades de expansión del PTS. En consecuencia, a la «intervención sobre los suelos de Ogíjares, disponibles a corto plazo», deberá seguir la ocupación de «los terrenos colindantes de Armilla». Y, «para el medio-largo plazo», se dejaría la tercera y más delicada fase: la actuación sobre la «bolsa» de Vega perteneciente a la capital granadina y a la localidad de La Zubia.
Esa zona está pensada para dar acomodo en ella «a los usos complementarios de la primera fase que no tienen cabida en el subsector de Ogíjares», detalla el informe de la Fundación aprobado ayer. La idea es que los suelos de Vega tengan usos docentes, sanitarios y deportivos.
Ogíjares, por su parte, acogería empresas y equipos de investigación, mientras Armilla deberá hacer sitio para las carretera que conectara el actual PTS con el nuevo y para los hoteles.
En total, 1.440.000 nuevos metros cuadrados para el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud.
Posturas políticas
El PP siempre se ha mostrado favorable a ocupar la Vega para dar aire al complejo. Bueno, para ser exactos, la zona de Vega que el PP consideraba susceptible de ser «enladrillada» es la que limita con la Ronda Sur.
De hecho, expresó su malestar cuando quedó claro que la expansión del PTS iba a empezar por Ogíjares -algo que, por otra parte, estaba pactado y no debía de haber extrañado a nadie-.
El alcalde de Granada, el popular José Torres Hurtado, pronosticó que ese primer paso no iba a ser suficiente, que harían falta más terrenos. Así las cosas, el anterior concejal de Urbanismo de la capital, Luis Gerardo García Royo, llegó a reservar, en su proyecto de Plan General, un millón de metros cuadrados de Vega para el campus. Y otro millón más, para la Universidad de Granada.
La «invasión» de suelo protegido que plantea el estudio de la Fundación es más modesta.
El PSOE -y las instituciones que controla- no compartían esos planes. Desconfiaban. Creían que lo que de verdad buscaba el Ayuntamiento era contar con suelo para poder facilitar la construcción de residenciales. No obstante, los socialistas nunca se negaron a una expansión del PTS hacia la Vega.
Izquierda Unida, por contra, se ha opuesto en todo momento a cualquier iniciativa que suponga utilizar el suelo protegido.
Lo que ha salido tiene toda la pinta de ser una solución intermedia: no contenta a nadie del todo, pero tampoco parece que vaya a generar grandes disgustos.