El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada por vías aéreas hiperreactivas. Es decir, un incremento en la respuesta broncoconstrictora del árbol bronquial.
Las vías aéreas más finas reducen de forma ocasional reversible de calibre debido a la contracción de su musculatura lisa, o bien por ensanchamiento de su mucosa al inflamarse lo que produce mucosidad. También puede a una respuesta de uno o más factores desencadenantes como la exposición a un medio ambiente inadecuado.
Los principales síntomas del asmático van desde la continua tos, la sibilancia (pitido continuo al aspirar y expirar), el dolor u opresión pectoral hasta la falta de aliento e incluso la ansiedad.
Los efectos del asma no se presentan de igual y continada manera. Es decir, en ocasiones el menor puede sufrir una complicación repentina debido principalmente a factores desencadenantes tales como el pelo de los animales, mohos, polen de las plantas, ácaros de polvo así como en determinados casos, el aire frío o el ejercicio físico.
Diagnóstico
El diagnóstico suele comenzar con el análisis y evaluación del cuadro clínico, los antecedentes de riesgo así como el historial familiar, para tomar en consideración el tiempo de evaluación del cuadro y la crisis.
En su mayoría, se da una asociación del asma a la condición alérgica, de modo que el diagnóstico de trastornos tales como el eczema y la rinitis pueden ser una sospecha de asma en pacientes con una correcta sistomatología adecuada.
Además, la prueba física es de gran importancia ya que se perciben características de sibilancia. Es más, en casos más severos, la broncoobstrucción es de tal magnitud que se presenta un silencio en la austulcación.
Factores de riesgo
Entre los principales aspectos que han provocado un aumento del asma infantil, la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP), citó el pasado 4 de mayo, Día Mundial del Asma, al tabaquismo como uno de los principales factores de riesgo. ¿ Por qué?. Se ha elevado el número de mujeres que continúan fumando durante el embarazo. Además, los menores cada vez más están expuestos de forma pasiva al humo de los cigarros.
En menor medida, señalan que los cambios climáticos y medioambientales así como la contaminación atmosférica, también afectan a los asmáticos. Segú la SENP, en los último lustros, también se ha observado la directa relación que existe entre la obesidad y el asma, sobre todo en la etapa adolescente.