Un mayor consumo de agua puede disminuir el riesgo de padecer sobrepeso en los niños y adolescentes, según expertos en Nutrición y Pediatría que han participado en la presentación del libro ‘El agua mineral en la infancia’, elaborado por el Instituto de Investigación Agua y Salud, en colaboración con la Asociación Española de Pediatría.
El pediatra de la Unidad de Nutrición del Hospital La Fe de Valencia, el doctor Isidro Vitoria Miñana, destacó que «el agua y la leche han de seguir siendo las bebidas habituales en la infancia, mientras que las bebidas calóricas sólo han de ser de consumo ocasional», y señaló que para evitar la epidemia de la obesidad el niño ha de comer con agua en las comidas, y no con otro tipo de bebidas.
En concreto, subrayó que, según los resultados de estudios realizados en países como Australia, México o Canadá, el agua es la primera herramienta contra la obesidad, ya que puede ayudar a reducir en más del 30% el riesgo de padecer esta enfermedad. Además, otros trabajos demuestran que la disponibilidad de «latas» en los colegios no son un beneficio para la prevención de la obesidad, y señalan que en vez de esas bebidas podía haber agua mineral natural.
Por otro lado, los especialistas reunidos hoy han destacado la ventaja del agua mineral en la preparación de biberones y papillas porque no precisa llevarla a ebullición, a diferencia del agua del grifo, que ha de ser hervida al menos un minuto para estar seguros de que está libre de parásitos. «Cuando se hierve excesivamente el agua del grifo se acaban concentrando determinados componentes como el sodio o los nitratos, según de qué parte de España estemos hablando», ha añadido el doctor Vitoria.
Asimismo, este experto en Pediatría destacó que la composición constante, es decir, la capacidad en el tiempo de que permanezcan en composición constante las aguas minerales naturales, permite elegir qué determinada agua, y en función de las necesidades nutricionales del niño se podrá elegir, según el calcio o sodio que se necesite en cada momento.
Información confusa
El presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), Jesús Román Martínez, señaló que en los medios de comunicación todo el mundo habla de nutrición, pero nunca se habla de hidratación. «Nos encontramos en una época un poco confusa, y en los medios de comunicación se mezclan razonamientos o ideas razonables, con otras cosas que no tienen ni pies ni cabeza», ha lamentado.
«A la gente no se le habla de lo que tiene que beber, de lo que es lo saludable, y además hay una abundancia de nuevos productos y bebidas en el mercado, que parecen adecuadas en todo momento, especialmente en la infancia», ha alartado añadiendo que los padres y educadores han de tener una referencia técnica pero sencilla donde puedan informarse acerca de lo que necesita beber un niño o adolescente.
En este sentido, y según se recoge en la guía sobre el agua mineral y la infancia, los expertos han destacado que los niños deben beber una media de 1,8 litros de agua hasta los 8 años y, a partir de los 9, esta cantidad sube hasta los 2,5 litros en los niños y hasta los 2,2 en las niñas.
Pureza de origen
Por su parte, el profesor titular de Hidrología Médica de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Maraver, ha explicado que el agua mineral natural es constante en la composición, tiene una pureza de origen, y se envasa en el origen sin ningún tipo de manipulación ni química ni microbiológica, y es una garantía, a diferencia del agua de la red.
«Nunca se tiene la certeza de que el agua de la red sea siempre la misma, porque está sometida a inclemencias del tiempo, a que provenga de una desaladora, por ejemplo, y siempre está tratada, incluso la legislación permite 888 productos diferentes», ha añadido.