El caso es que tras un estudio llevado a cabo por la Asociación para la Investigación de Disfunciones Sexuales en Atención Primaria (AIDS-AP), los resultados obtenidos ponían encima de la mesa un dato cuanto menos preocupante: uno de cada cuatro españoles no llega al orgasmo, porcentaje casi parejo con la falta de apetito sexual (21%).
La disfunción eréctil se asentó como la causa más acusada de los encuestados (42%), seguida de la eyaculación precoz (16%) y la aversión a la práctica sexual (7%). En el propio estudio, también se ha puesto de manifiesto que los temas relacionados con la vida sexual (27%, principalmente hombres) así como la vida en pareja(10%), son los dos aspectos que mayor insatisfacción producen en los varones españoles.
Es preciso discernir entre la falta de apetito sexual y la imposibilidad de llegar al orgasmo (anorgasmia). La definición del primero de los conceptos se asienta como un trastorno que incide en la falta de interés por mantener relaciones sexuales (anafrodisia). Mientras, el segundo se define como un factor causal. Es decir, un problema que se disgrega del primer concepto al existir deseo pero imposibilidad de poder llegar a materializar el clímax u orgasmo.
Disfunciones sexuales
En el caso de las mujeres, existen diferentes disfunciones sexuales como la citada anorgasmia (ausencia de orgasmos), vaginismo (imposibilidad en la contracción de los músculos vaginales) así como dispareunia (dolor vaginal promovido por varios factores como la llegada de la menopausia y por tanto, menor producción de estrógenos, así como infección vaginal).
Muchas de estas disfunciones, que no sólo atañen al sexo femenino- los hombres padecen disfunción eréctil, impotencia u dolores genitales como síntoma inequívoco de problemas prostáticos- tienen un componente psicológico. En ocasiones, la exigencia laboral se asienta como un factor a tener en cuenta.
Los niveles de estrés en la sociedad actual imperan produciendo una ausencia del sexo en todas sus posibilidades. También la depresión o la falta de autoestima son otros factores igualmente incisivos.
También puede deberse a la confrontación moral u educacional que en ocasiones afecta al sujeto produciendo un elevado grado de culpa si el acto sexual no se limita a la reproducción.
Estos factores, entre otros tantos, impiden una asiduidad de la práctica sexual, produciendo cuadros de comportamiento que se vinculan más con la propia masturbación, al tiempo que reduciendo la regularidad de llevar a cabo el acto sexual con otras personas.
¿Sexo diario?
En el mismo estudio, se extrae un dato cuanto menos curioso. De los encuestados, tan sólo un 24% declaró tener relaciones sexuales varias veces por semana. Es más, el 41% reconoció tener esta asiduidad pero durante un mes y por si fuera poco, un 31% menos de una vez al mes.
Y es que parece que al contrario de lo que se pueda pensar, el sexo está muy por detrás como factor de satisfacción personal con respecto a las relaciones con los amigos (67%) o la vida en general (60%), según datos obtenidos del estudio. En definitiva, los españoles prefieren disfrutar de la vida en general siendo el sexo un factor de segunda importancia.
