Una herramienta estadística, diseñada por investigadores de la Universidad de Zaragoza, permitirá detectar el Alzheimer en su fase inicial y, a su vez, facilitar el desarrollo de fármacos para combatir esta enfermedad, para la que de momento no se ha encontrado un medicamento eficaz.
Esta herramienta permitirá analizar de forma conjunta el comportamiento de distintas variables del organismo, entre ellas los genes, el estrés cognitivo o las proteínas en líquidos, para la detección temprana de esta patología , ha explicado a EFE el profesor de la UZ Salvador Olmos, miembro del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A). El Alzheimer es una patología cuya incidencia va en aumento con motivo del envejecimiento de la población.
La investigación en el ámbito internacional se centra ahora en encontrar un fármaco eficaz para pacientes que presenten síntomas de la enfermedad de forma leves y no sufran un deterioro cognitivo tan acusado. La razón es que hasta ahora los más de 200 ensayos clínicos realizados en los últimos doce años por las grandes compañías se han llevado a cabo sin éxito en pacientes avanzados, sin que se haya encontrado un medicamento eficaz que permita recuperar las capacidades cognitivas perdidas.
Cada uno de estos ensayos farmacológicos supone un coste para las empresas farmacéuticas de cerca de mil millones de dólares, ha resaltado Olmos para ilustrar la «magnitud» de esta realidad que afecta a miles de personas en el mundo. Por ello, la «esperanza» se encuentra ahora en probar medicamentos en las fases más tempranas de la enfermedad, pero aquí la ciencia se encuentra con otra dificultad: localizar a aquellos pacientes que están comenzado a experimentar pequeños cambios, demasiado sutiles como para ser detectados.
Es en este punto donde el trabajo del grupo de investigación del I3A adquiere relevancia, ya que ha diseñado una herramienta estadística para ayudar a detectar a pacientes enfermos en fases muy tempranas. Esta metodología, que ha sido probada con los datos de 900 pacientes estadounidenses utilizados en anteriores investigaciones, podría convertirse en una herramienta para prevenir la enfermedad.
Con estas expectativas, el siguiente paso del grupo de investigación es crear una empresa a lo largo de este año y comenzar los trámites para lograr la homologación de esta metodología, por parte de la Agencia Europea del Medicamento y la «Food and Drug Administration» de Estados Unidos.
Hay que tener en cuenta, ha dicho Olmos, que la primera empresa farmacéutica que consiga un medicamento eficaz facturará al año 20.000 millones de dólares y en esa «carrera de galgos» compiten unas ocho compañías con el objetivo de llevarse esta cuota de mercado.