En un resumen de su investigación que se publicará en la edición digital de ‘Nature Genetics’ de este domingo, los científicos dicen que la caracterización de estas mutaciones adicionales en la proteína reguladora de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística (CFTR, en sus siglas en inglés) no sólo va a aportar seguridad a las familias acerca del diagnóstico de la fibrosis quística o su estado de portador, sino que también acelera el proceso de diseño de nuevos fármacos a la medida de una mutación particular. «Dado que no todas las mutaciones causan la enfermedad, la secuenciación del ADN en ambas copias del gen CFTR y la búsqueda de una anomalía en una aporta información sobre si una persona portadora de anomalías en CFTR desarrollará FQ», dice Garry Cutting, profesor de Pediatría en el Instituto McKusick-Nathans de Medicina Genética en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
La FQ es la enfermedad recesiva genética más común y letal que afecta a los caucásicos, con aproximadamente entre 70.000 a 80.000 casos en todo el mundo. Cuando se heredan dos copias de un gen CFTR defectuoso, una de cada progenitor, el cuerpo de un niño no será capaz de hacer trabajar a las proteínas CFTR, lo que resulta en la producción de una mucosidad espesa, que obstruye los pulmones y el sistema digestivo. Los tratamientos modernos para destapar los pulmones y tratar otros síntomas han permitido a los pacientes que sobrevivan hasta la edad adulta, pero la mayoría todavía morirá prematuramente de una complicación pulmonar. Uno de cada 30 caucásicos en Estados Unidos es «portador» de la enfermedad, es decir, su genoma incluye una copia anormal del gen CFTR, pero no experimenta síntomas de la enfermedad. Si dos portadores tienen hijos, cada hijo tiene una de cuatro posibilidades de heredar dos copias malas de CFTR y sufrir la enfermedad, cuya gravedad dependerá delas variaciones del gen que se hereden y cómo afecten el funcionamiento de la proteína CFTR.
En 2012, se autorizó un fármaco (ivacaftor) que mejora la función de una forma mutante específica de la proteína. El equipo comenzó su estudio con una base de datos que contiene información genética de casi 40.000 pacientes con FQ, y, a continuación, examinó las 159 mutaciones que se produjeron en la base de datos en una frecuencia de al menos 0,01 por ciento (La mayoría de las más de 1.900 mutaciones conocidas son aún más raras). El equipo analizó cada una de estas mutaciones para determinar su relevancia clínica y su efecto sobre el trabajo de la proteína CFTR. El impacto de cada mutación en la salud de los pacientes se evaluó primero mediante el examen de las concentraciones de sal en el sudor de los pacientes que llevan cada mutación particular. La FQ ocasiona inusualmente altas cantidades de sal en el sudor, por lo que una mutación se considera clínicamente significativa si los pacientes que tienen esa mutación registran concentraciones salinas altas. Luego, el equipo analizó cómo afecta cada error genético de la proteína producida por el gen CFTR. En total, los investigadores detectaron que 127 de las 159 mutaciones halladas causan fibrosis quística si es heredada con otra mutación causante de la patología y, de ellas, 105 nunca habían sido caracterizadas