Cuando hablamos de deporte automáticamente lo relacionamos con actividad física, cansancio, dar todo de uno mismo, trabajo en equipo, tenis, fútbol… Encontramos consejos sobre cuál debe ser la alimentación de un deportista, sobre como llevar a cabo el entrenamiento, incluso, qué indumentaria debe ser las más adecuada, pero ¿Por qué nunca pensamos en
DESCANSO antes y después de practicar deporte? Sin duda, esto último está directamente relacionado con esta disciplina, ya que de no descansar adecuadamente, no se podría alcanzar un pleno rendimiento físico.
El cuerpo se recarga de energía durante la noche. Mientras dormimos, nuestro cuerpo se regenera y nos preparamos para afrontar la actividad del día siguiente. Durante el sueño suceden circunstancias cruciales para el cuerpo humano. De entre ellas destacamos:
• Fortalecimiento del sistema inmunitario.
• Aumento el riego sanguíneo en los músculos y las articulaciones, se liberan de las tensiones del día a día.
• La respiración es más lenta, lo que hace que se oxigenen todas las células y las prepara para el esfuerzo del día siguiente.
• Los procesos mentales se ordenan, sobre todo los relacionados con recordar y asociar.
• Se regenera el líquido intervertebral, necesario para la flexibilidad de la columna.
Recientemente, la Unidad de Trastornos del Sueño de Stanford (California, EEUU) ha hecho públicas las conclusiones de uno de sus estudios relacionados con el tema que tratamos, donde se indica que «el rendimiento físico óptimo sólo puede obtenerse cuando un deportista tiene parámetros y hábitos de sueño adecuados». Para conseguir este descanso reparador, hay que llevar a cabo una serie de recomendaciones:
• Rutinas: Es conveniente marcar un horario más o menos fijo para acostarse y levantarse.
• No robar tiempo al sueño: Se recomienda dormir en torno a 8 horas diarias.
• Evitar los estimulantes: Después de las 18h. evitar café, té, chocolate, colas, etc.
• Siestas: Una sana costumbre española. Con 30 minutos es suficiente, siestas más largas de este período pueden hacer que nos levantemos desorientados y perjudican la conciliación del sueño nocturno.
• Interrumpir actividades físicas y mentales antes de dormir: Detener el entrenamiento dos horas antes de ir a dormir y tomar una relajante ducha.
• Evitar acostarse oyendo la radio o viendo la televisión.
• Cuidar la alimentación: Es conveniente que la última comida del día sea frugal y hacerla un par de horas antes de ir a dormir. Además hay ciertos alimentos que pueden ayudarte a
conciliar el sueño.
• Equipo de descanso: Los triunfos no sólo se consiguen en el campo de juego, dormir bien es una victoria segura para nuestro cuerpo. Un colchón que se adapte a la curvatura de la espalda, de firmeza media y adecuado a las características físicas de cada uno, es una condición necesaria para lograr un descanso saludable cada noche.
Los expertos recomiendan que se realice algún tipo de deporte de forma diaria y que se evite el sedentarismo. Si esta práctica la acompañamos de un buen descanso se conseguirá ganar en SALUD Y CALIDAD DE VIDA.