Una investigación de carácter internacional, que contó con la participación de los especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha detallado cuáles son las variantes genéticas que se encuentran implicadas de forma directa en el desarrollo de patologías como la diabetes tipo 1 y la artritis reumatoide.
Así da constancia la publicación en la revista especializada ‘Nature Genetics’, donde se pone de manifiesto el hito que supone en el estudio de las bases genéticas de estas dos problemáticas, procediendo a la apertura de nuevas posibilidades de desarrollo de nuevas herramientas terapéuticas.
Y es que, tanto la diabetes como la artritis reumatoide son dos de las enfermedades autoinmunes “con mayor repercusión en la salud mundial”, tal como recoge la nota de prensa emitida por el CSIC.
Tal y como recuerda la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU, https://medlineplus.gov/spanish/rheumatoidarthritis.html la artritis reumatoide es una forma de la primera patología que ocasiona dolor, inflamación, rigidez y pérdida de la función de las articulaciones, pudiendo afectar a cualquiera de ellas, siendo más común en las muñecas y los dedos. Un problema que afecta “más a mujeres que a hombres” y que comienza a mediana edad.
Un avance «enorme»
En palabras de Javier Martín, investigador del CSIC en el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra de Granada, también involucrado en el estudio, “gracias a los estudios genómicos a gran escala se ha producido un avance enorme en la identificación de sus causas genéticas”.
Sin embargo, Martín añade que, a pesar de todo, “está siendo complicado definir con precisión cuáles son las variantes genéticas que generan estas enfermedades”. Con su último estudio, lo han logrado.
Se trata de una investigación llevada a cabo en colaboración entre cinco países europeos y Estados Unidos. Se han empleado datos de más de 11.000 enfermos de artritis reumatoide, más de 9.000 de diabetes y cerca de 27.000 controles.
El empleo novedoso de las técnicas de secuenciación de ADN y esas herramientas bioinformáticas han posibilitado la detección de esos genes involucrados en cada una de las enfermedades, pudiéndose corroborar que algunos de ellos eran compartidos por ambas.