Existen multitud de procedimientos y soluciones para lograr unos dientes más bonitos. Y algunos de ellos, como las carillas dentales, consiguen remediar diversos problemas estéticos de una manera muy rápida y eficaz. ¿Quieres saber si este tratamiento se adecua a tus necesidades? De la mano de la Clínica Soldent, os contamos cuándo las carillas dentales son la mejor opción.
¿Qué son las carillas dentales?
Las carillas dentales son unas láminas muy finas fabricadas de porcelana o composite que se pegan a la cara visible del diente con el fin de mejorar su aspecto estético.
Dado que su finalidad es meramente estética, las carillas dentales suelen colocarse únicamente en los dientes más visibles a simple vista.
Estas finas piezas se diseñan especialmente para cada paciente para que se adecuen a la perfección a las piezas dentales de cada persona. Consiguiendo así una gran armonía y naturalidad en su sonrisa.
Debido a su finalidad estética, estas finas láminas se colocan en los dientes frontales.
¿Cuándo usar carillas dentales?
Las carillas dentales se recomiendan a pacientes que deseen embellecer su sonrisa en un corto plazo. Ya que éstas se utilizan para corregir de manera rápida y superflua defectos como los dientes rotos, separados, torcidos, con manchas, irregulares o desgastados.
Las carillas dentales serán especialmente recomendables en los casos en los que la persona no esté conforme con el color, tamaño, forma o posición de sus dientes; cuando ésta no quiera someterse a un tratamiento de mayor extensión como la ortodoncia o en el caso de que necesite una solución rápida. Pero, en Soldent recomiendan este tratamiento especialmente para realizar coloraciones imposibles de solucionar mediante técnicas de blanqueamiento.
Además, las carillas dentales dan un aspecto totalmente natural a la sonrisa y no suponen ningún tipo de daño para las piezas dentales.
¿Cuándo no son adecuadas las carillas dentales?
En algunas ocasiones, el dentista, tras estudiar el caso del paciente, puede recomendar otro tipo de tratamiento o no ver adecuado proceder a la colocación de carillas dentales.
En cualquier caso, antes de poder realizarse un tratamiento estético, como son las carillas, es necesario que la salud bucal sea buena. Es decir, se debe solucionar cualquier problema ya existente, como las caries.
Cuando la higiene bucodental no es la adecuada
Llevar a cabo una buena higiene bucodental no sólo hace que los dientes luzcan más oscuros y las encías más inflamadas, también repercute directamente en la salud. Además, si la higiene bucodental no es adecuada, no se recomendarán las carillas dentales, ya que existe más riesgo de que la situación empeore o se produzcan filtraciones.
No obstante, este problema tiene fácil solución. Por ejemplo, el dentista puede sugerir realizar una limpieza dental profesional o un curetaje dental.
Malposiciones severas de los dientes
En algunas ocasiones, la malposición de los dientes es tan severa que el dentista puede recomendar utilizar ortodoncia en lugar de carillas.
En estos casos la ortodoncia puede ofrecer unos resultados más óptimos. Además, no se tendrá que tallar el diente. Ya que a menudo para colocar las carillas se tienen que reducir en gran medida el tamaño de las piezas dentales.
Mordida incorrecta
Cuando el paciente tiene mala oclusión, muerde borde a borde o tiene una mordida cruzada, las carillas dentales pueden estar contraindicadas. Esto se debe a que en estos casos las carillas dentales pueden correr el riesgo de romperse.
Por ello, se puede recomendar la colocación de ortodoncia previamente para corregir la mordida.
¿Cuánto tiempo duran las carillas dentales?
La duración de las carillas dentales varía dependiendo de muchos factores, entre ellos el tipo de carillas (de cerámica o de composite).
Las carillas de porcelana son las más resistentes, y suelen durar entre 10 y 15 años. Mientras tanto, las de composite se mantienen entre 5 y 10 años. La durabilidad siempre depende de una buena colocación por parte del profesional y de los cuidados que le proporcione el paciente.