Existe un tipo de sueño muy frecuente, que además seguramente te habrás sorprendido, cuando al contarlo, tu interlocutor sabía que ocurría con pelos y señales, y es que… ¡había soñado alguna vez lo mismo! Nos estamos refiriendo a cuando soñamos que caemos.
Es una sensación muy desagradable que ocurre justo al inicio del sueño, y que cuanto menos, resulta inquietante.
¿Qué significa soñar que nos caemos?
Parece ser que este sueño suele producirse cuando hemos tenido un día ajetreado, por eso, estos episodios se relacionan con situaciones de angustia y estrés. Su nombre científico es sacudidas hípnicas o mioclonías del sueño.
Diferente es, cuando ya bien entrados en la fase REM (cuando se produce la actividad onírica), soñamos que estamos volando. Para Jung, el insigne psicoanalista que dedicó la mayoría de su carrera al estudio de los sueños, soñar que se vuela es el reflejo de una necesidad de libertad y de evadirse de los problemas.
¿Cuándo se producen las sacudidas hípnicas?
Vaya por delante que las mioclonías del sueño no son una patología en sí, ni siquiera son síntoma de ninguna enfermedad, pero dada la inquietud que provoca el fenómeno, es un tema de consulta que se repite (y si no, que le pregunten al “Doctor Google”).
Si observáramos desde fuera a una persona que está sintiendo una sacudida hípnica, veríamos como sufre un súbito espasmo en las piernas y se despierta casi al iniciar el sueño, en la transición de la vigilia al sueño.
El fenómeno no ha sido apenas estudiado, dado lo benigno de la situación, aunque hay una posible explicación: se trataría de un reflejo ancestral de cuando pasamos de dormir agarrados a un árbol a dormir en posición horizontal, entonces nuestro cerebro interpretaría la relajación muscular, como una señal de estar cayendo. Otra teoría apunta a que las mioclonías nocturnas son una mera reacción fisiológica de un sistema activo que pasa de repente a un estado de parálisis, ya que se pasa de un mecanismo excitatorio (neurotrasmisores que promueven la vigilia) a otro inhibitorio (para inducir al sueño).
Soñar que nos caemos tiene consecuencias sobre nuestro descanso
La cafeína, practicar ejercicio físico a última hora del día o haber llevado un día especialmente estresante, la alimentación o llevar unos horarios irregulares de sueño, predisponen para sufrir las sacudidas hípnicas, por lo que volvemos a insistir en que es fundamental cuidar la higiene del sueño.
Fuente: Ellis, Jason (20 Julio 2016). Why do you feel like you´re falling when you go to sleep. UK. https://theconversation.com/