Mientras que Internet ha revolucionado nuestra manera de comunicarnos, de consumir o de trabajar, la medicina en nuestro país se encontraba en un punto muy similar al de hace varias décadas. Pero la llegada de la Covid-19 ha hecho evidente la necesidad de actualizar y modernizar el sistema sanitario. Entre otras cosas, apostando por el futuro de la telemedicina.
¿Por qué es la telemedicina el futuro de la medicina?
Para la Asociación Americana de la Telemedicina, «la telemedicina es el intercambio de información médica de un lugar a otro, usando las vías de comunicación electrónicas, para la salud y educación del paciente o el proveedor de los servicios sanitarios, y con el objetivo de mejorar la asistencia del paciente». Pero, ¿realmente es la telemedicina el futuro de la medicina?
Lo que está claro, especialmente con la irrupción del coronavirus en nuestra vida, es que la telemedicina plantea soluciones a los retos y desafíos de la actualidad; por ejemplo, al envejecimiento de la población, el aumento de la demanda de servicios de salud o la necesidad de gestionar una cantidad de información muy considerable.
Esta forma de atender a los pacientes, fomentada por la evolución de las Nuevas Tecnologías, permite también la atención de zonas geográficamente remotas, en las que existe falta de especialistas. Por otro lado, la telemedicina permite también el abordaje multidisciplinar, potenciando la figura del médico de atención primaria y facilitando el proceso de atención, diagnóstico, tratamiento y educación en salud.
La telemedicina, clave en la pandemia del coronavirus
La crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la cantidad de oportunidades que existen para ofrecer una asistencia de calidad mientras se mantiene la distancia social.
En esta situación de confinamiento y pandemia hemos contado con el aliciente de que la tecnología que se necesita para hacer diagnósticos básicos y asesoramiento médico inicial a distancia ya existe. Así que el reto principal para la salud pública y privada está siendo el de acelerar las soluciones digitales que pueden tranquilizar a los pacientes y proteger a los trabajadores sanitarios esenciales.
La telemedicina está funcionando para agilizar la atención a los pacientes y reducir la probabilidad de infección por Covid-19 entre pacientes y trabajadores de la salud. Pero también entre pacientes, o cualquier otra persona que asista o trabaje en la clínica u hospital.
Los límites de la medicina a distancia
Dados los resultados que está dando este servicio, se espera que este sea uno de los legados (positivos) que continúen tras la pandemia. No obstante, el futuro de la telemedicina aún tiene grandes retos por delante.
Entre otras cosas, pacientes y profesionales coinciden en que este servicio a distancia resulta ‘menos empático’, a la vez que se admite una mayor dificultad para que los mayores tengan acceso a las nuevas tecnologías y puedan beneficiarse completamente de este servicio. Sin embargo, esta situación nos ha demostrado que es posible romper barreras tecnológicas y lograr, poco a poco, la adaptación de todos a la inminente era digital.
Aunque desde el punto de vista ético del personal sanitario, resulta obvio que no pueden llevarse a cabo determinados diagnósticos o proponer tratamientos, sin antes haber tenido la oportunidad de atender presencialmente al paciente. Por eso, son estos límites en los que el futuro de la telemedicina deberá ser más práctico. En estos casos, este servicio a distancia será de gran utilidad para realizar un seguimiento del paciente crónico, consultar o revisar la medicación, o supervisar la coordinación asistencial.
Por todo esto, hay que recordar que la telemedicina no es incompatible con la consulta presencial. Sino que son complementarias y ambas deben incorporarse al proceso asistencial. En toda relación entre el médico y el paciente habrá momentos en los que tenga más sentido hacer una consulta presencial, y otros como el seguimiento rutinario o prevención de contagios, en los que traiga más ventajas apostar por la telemedicina.