· La ingesta de ácidos grasos Omega 3 es beneficiosa para la salud cardiovascular, especialmente por sus efectos de disminución de los triglicéridos plasmáticos, disminución de la tensión arterial y disminución de los procesos inflamatorios ligados al proceso de aterosclerosis
· Apenas el 20% de la población española ingiere las cantidades diarias recomendadas de Omega 3 a través de alimentos como el pescado azul o las nueces, de ahí que las leches enriquecidas con Omega 3 sean una opción cómoda y adecuada nutricionalmente para aumentar el consumo de Omega 3
Cuidar de la salud del corazón y prevenir la aparición de patologías cardiovasculares es uno de los principales objetivos de muchos españoles, en especial una vez se han cumplido 40 años. No en vano, la principal causa de fallecimientos en nuestro país son las enfermedades del corazón, unas patologías que pueden ser prevenidas de manera eficaz a través de la incorporación a nuestra rutina diaria de hábitos de vida saludables tales como hacer ejercicio moderado y mantener una alimentación equilibrada basada en la dieta Mediterránea, rica en alimentos como pescado azul, verduras, frutas, cereales, legumbres y hortalizas son la llave para gozar de una buena salud y por tanto gozar de mayor vitalidad. Los datos son rotundos y no dejan lugar a equívoco: hasta un 80% de los infartos cardiacos y los ictus prematuros pueden prevenirse invirtiendo en la salud de nuestro corazón.
En esta estrategia nutricional es clave la ingesta de nutrientes cardioprotectores como los ácidos grasos Omega 3. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce en su último informe sobre consumo de grasas que la sustitución de grasas saturadas por insaturadas en la dieta humana es una estrategia adecuada para la salud cardiovascular, ya que ayuda a controlar algunos factores de riesgo como pueden ser los altos niveles de colesterol. En este mismo informe pone de manifiesto que la ingesta de ácidos grasos Omega 3 es beneficiosa para la salud cardiovascular, especialmente por sus efectos de disminución de los triglicéridos plasmáticos, disminución de la tensión arterial y disminución de los procesos inflamatorios ligados al proceso de aterosclerosis.
Omega 3 a través de la leche, una vía práctica para aumentar las ingestas
Sin embargo, pese a la importancia fundamental de estos nutrientes para la salud cardiovascular humana, hasta un 80% de los españoles no consume suficiente Omega 3. Dado este escenario, disponer del máximo número de opciones para alcanzar las ingestas recomendadas es algo muy positivo para el consumidor. En este sentido, la amplia penetración de la leche en hogares y restauración hacen de este alimento un claro aliado que puede aportar importantes beneficios a la hora de adecuar las ingestas reales a las recomendadas, siendo por tanto una buena estrategia con un impacto muy positivo en la salud cardiovascular a corto, medio y largo plazo. El objetivo es que un alimento de consumo diario como es la leche, contribuya cada vez en mayor medida a cubrir las necesidades nutricionales de los diferentes grupos de población.
Es importante subrayar en este punto que parte de la composición de la leche es grasa láctea, constituida fundamentalmente por triglicéridos (97-98% del contenido graso total), además de mono y diglicéridos, fosfolípidos, ácidos grasos libres, y colesterol libre y esterificado. Si bien tradicionalmente este tipo de grasa había sido considerada como poco adecuada para la salud humana debido a la alta presencia de ácidos grasos saturados, lo cierto es que estudios recientes han demostrado que no sólo no es perjudicial para la salud cardiovascular y otras enfermedades crónicas como el síndrome metabólico y la diabetes, sino que numerosos estudios sugieren que podría tener un efecto protector a través de algunos ácidos grasos saturados presentes en la grasa láctea.
En este sentido, y debido a los estudios que demuestran que la población española tiene un consumo de ácidos grasos saturados por encima de las recomendaciones, sendos informes de la OMS y de la EFSA ponen de manifiesto el interés de sustituir grasa saturada de la leche por grasa mono y poliinsaturada, ya que hay evidencias convincentes de que esto reduce algunos factores de riesgo cardiovascular. De ahí que la sustitución de parte de la grasa saturada de la leche por aceites vegetales y aceites de pescado pueda ser de utilidad en la prevención de la enfermedad cardiovascular. Así surgen las llamadas leches Omega 3, que contienen un perfil graso diferente al de la leche de vaca: saturada (18%), monoinsaturada (70%) y poliinsaturada (12%). Su consumo está ya próximo al 5% del total de leche consumida en España y actualmente está presente en el 10% de los hogares del país.
Los efectos del consumo de leches Omega 3 están estudiados científicamente gracias a la revisión de resultados procedentes de diferentes ensayos clínicos en humanos, en los que se han descrito los efectos de la leche enriquecida en ácido oleico y omega-3. Los resultados indicaron que, en el contexto de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable, el consumo habitual de leche enriquecida con Omega 3 induce a una mejoría en los perfiles lipídicos reduciendo el colesterol, el LDL colesterol y los triglicéridos.