Seguir una dieta equilibrada para mantener la salud es imprescindible a cualquier edad. Los buenos hábitos alimenticios hay que promoverlos desde la infancia pero no es sencillo, porque muchas veces los niños rechazan la ingesta de alimentos como frutas y verduras y prefieren comidas con grasas saturadas y azúcares refinados, como la bollería industrial. Estos son algunos consejos para conseguir que los niños coman sano.
- Darle a los niños comida saludable lo más pronto posible: es importante que los niños se acostumbren desde pequeños a comer aquellos alimentos que les resultan menos apetecibles pero que son sanos, ya que conforme crecen es más complicado conseguir que se lo coman. Según algunos expertos, el hábito de comer sano debe inculcarse entre los cinco y siete años.
- Predicar con el ejemplo: el niño debe ver que sus familiares comen sano pues aprenden del ejemplo (bueno o malo) que le dan las personas de su alrededor.
- Llevar a los niños a la compra: de esta manera se familiarizarán con los alimentos frescos, especialmente si no vienen envasados sino que proceden de la frutería, carnicería o pescadería. Es recomendable también dejarles escoger algún alimento al comprar ya que, según un estudio de la Universidad de Granada, los niños comen un 80% más de verduras cuando les han dejado elegir. No obstante, no es recomendable llevar a los niños al supermercado, porque allí pueden escoger alimentos no tan sanos como cereales azucarados o bollería industrial.
- No comprar lo que no quieras que los niños coman: para reducir su ingesta de ciertos productos (p.ej. pizza o cereales azucarados) se deben evitar las tentaciones. Lo mejor es no comprarlos, ya que así no habrá que prohibirles su consumo después. Así además se podrá dar a elegir al niño lo que le apetece comer, ya que todo será saludable.
- Cocinar de forma variada los alimentos: para que los niños no rechacen la ingesta de ciertos alimentos como las verduras, es recomendable cocinarlos de diferentes formas. Por ejemplo, las espinacas se pueden cocinar un día con bechamel, otro en tortilla… De esta manera descubrirán nuevos sabores asociados al mismo alimento y no lo rechazarán de pleno.
- Dejar que los niños ayuden a cocinar: para comer sano es imprescindible cocinar en casa con alimentos frescos. En esta tarea se puede involucrar a los pequeños ya que, según un estudio realizado por científicos del Centro de Investigación Nestlé en 2014, los niños que preparan la comida junto a sus padres comen más. Durante la investigación se descubrió que los niños que habían ayudado en la cocina consumieron un 76% más de ensalada.
- Congelar: si falta tiempo para cocinar comidas sanas de forma diaria, se pueden congelar una vez preparadas. De esta manera los niños tomarán comida sana (verduras, guisos…) aunque sea descongelada, en lugar de comida rápida y menos saludable.
- Dejarles probar cosas nuevas: si se sale a comer fuera de casa, es recomendable dejar que el niño pruebe platos nuevos, bien tomando un poco de la ración de sus padres o bien solicitando alguna pequeña tapa.
- Respetar los gustos: hay que acostumbrar a los niños a que coman lo que toca cada día sin ser caprichosos. No obstante, en ciertas ocasiones se puede respetar que no les guste una verdura concreta mientras sí coman verdura en general.
- No usar la comida como premio ni castigo: la actitud hacia los alimentos debe ser neutral. Si un postre con chocolate se considera un premio por haber acabado la comida, es normal que los niños lo prefieran antes que tomar acelgas.
- Tener cuidado con las bebidas: los refrescos y otras bebidas edulcoradas no son nada saludables. Lo mejor es darles agua y zumos si son naturales 100%.
- Comer en familia y sin distracciones: la hora de la comida se debe aprovechar para que los niños pasen un rato agradable con sus padres. Hay que apagar móviles, ordenadores y televisores.