El insomnio en la sociedad española: tipos y características
El insomnio crónico, es decir padecer problemas de sueño durante un tiempo prolongado, es un trastorno que afecta a más de cuatro millones de españoles, lo que supone entre un 25 y 35% de la población adulta de nuestro país.
Este tipo de insomnio, se puede presentar de formas diferentes: existen personas a las que les cuesta mucho conciliar el sueño, por lo que este tipo sería el insomnio de conciliación. Hay otras que se despiertan con facilidad durante la noche, las cuales sufren el llamado insomnio de mantenimiento o sueño fragmentado. Otro buen número de la población, sufren una interrupción de su descanso antes de lo previsto, ( insomnio de despertar precoz) y por último personas que duermen expresan dormir menos, pero cuando se someten a pruebas de sueño, parecer tener un patrón normal, por lo que podría tratarse de una percepción acerca de la calidad de su sueño ( insomnio paradójico).
Dormir mal empeora nuestra calidad de vida y bienestar
Conciliar el sueño una necesidad en nuestra vida y la falta de este puede tener consecuencias que afectan a la salud de forma significativa.
Eventualmente, los problemas para dormir pueden disminuir nuestro bienestar con la falta de memoria, razonamiento lógico y concentración. Las personas con insomnio crónico presentan signos de depresión e irritabilidad. Pero los efectos pueden ser peores a medida que nuestro cuerpo está más cansado, por lo que es incapaz de enfrentarse a otras enfermedades.
Dormir mal también empeora nuestra calidad de vida, debido a que si no se cuenta con un tratamiento adecuado puede provocar efectos muy negativos en la vida laboral y social.
Nuestros consejos para que conciliar el sueño no se vuelva una misión imposible
-¡No te agobies!: no sirve de nada darle vueltas a la cabeza y desesperarnos con la situación, mantén la calma. Grábate a fuego lo siguiente: el insomnio no desaparece de un día para otro, necesitas tiempo para conciliar el sueño.
-Da rienda suelta a tu imaginación: imagina situaciones agradables, lugares paradisíacos en los que te gustaría estar. Concéntrate en ello y repasa mentalmente cada detalle, además no olvides controlar la respiración, largas inspiraciones y lentas espiraciones. Presta atención a tu cuerpo y conéctate con él. Con estás sencillas instrucciones, tienes una magnífica técnica de relajación.
-No te incorpores, ni salgas de la cama: Craso error. Cuando no podemos dormir bien, salirnos de la cama es de las peores soluciones, nos solivianta y desbarata el camino que para conciliar el sueño, ya habíamos comenzado.
-Tu cama, tu mejor aliada: Por mucho sueño que tengas, si tu colchón y tu almohada no reúnen las condiciones adecuadas, jamás lograrás dormir bien. Cuida tu cama, si quieres cuidar tu sueño.
-Mantén tu dormitorio a oscuras: nada de encender ninguna luz. La luz es un estímulo que nos desvela, además altera la producción de la hormona melatonina (tan necesaria para el sueño)