Cuando tenemos problemas, y en contra de lo que dice el refrán, lo mejor no es “consultarlo con la almohada”, ya que todos sabemos que lograr dormir cuando tenemos preocupaciones que nos rondan en la cabeza, es difícil. Por la noche, con todo en silencio y en la cama, nos encontramos con nosotros mismos e inconscientemente hacemos un pequeño balance del día, entonces tendemos a rumiar ideas ¿es qué vamos a solucionar algo a estas horas?
Por la mañana sin embargo, resulta un alivio cuando al despertar todo se ve de otra manera, pero el daño ya está hecho: robar horas a nuestro sueño es un error, ya que las horas de sueño perdidas no se pueden recuperar ¡Vaya día que te espera!
Tic, tac, tic, tac… y no conseguimos pegar ojo
¿Te has dado cuenta ya que así no vas a poder pegar ojo? Para dormir, se necesita llegar a un estado de relajación, que no puede conseguirse con la elevada tensión que causa el pensar en problemas. El “runrún” solo contribuye a incrementar la ansiedad, además existe un problema que contribuye al círculo vicioso del insomnio: a medida que pasan las horas y vemos pasar las horas en el reloj, estamos más nerviosos, lo que no ayuda nada.
Sigue nuestros consejos para que nada te quite el sueño
Cuando los pensamientos no te dejan dormir, los expertos recomiendan seguir una serie de pautas, que pueden hacer que finalmente consigas tu objetivo:
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Salir a tomar el sol por la mañana: parece ser que la luz solar natural, ayuda a reajustar nuestro reloj biológico, lo que puede facilitar el dormirnos cuando nos acostamos.
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Acepta los pensamientos negativos, no luches contra ellos: luchar contra los pensamientos que no te dejan dormir, es lo que realmente nos mantiene en tensión y despiertos ¿y si los dejas estar?
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Dale rienda suelta a tu imaginación y ocupa tu mente de asuntos sin importancia y ¡abúrrete!: hacer listas de cosas que te llevarías a una isla desierta o tus diez películas favoritas, puede ser una buena táctica para ocupar la mente con pensamientos triviales.
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Si no puedes dormirte, ¡levántate de la cama!: recuerda, cuando hablamos de higiene del sueño, siempre recomendamos que la cama es un lugar solo para dormir, es decir, si te quedas dando vueltas sin pegar ojo, estarás asociando inconscientemente la cama a esta sensación de no relajación y desasosiego.
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Plasma tus preocupaciones en un papel: cuando salgas de la cama, como te aconsejábamos en el punto anterior, escribe tus preocupaciones en un papel y comprueba si son reales. De serlo, vuelve a la cama con un plan de acción para poner en marcha al día siguiente. Y de tratarse de suposiciones, sospechas o futuribles, a apartarlas y… ¡a dormir!