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Conjuntivitis, el precio del ocio acuático

Con la llegada del calor, los chapuzones en la piscina se convierten en uno de los principales divertimentos del verano, sobre todo para los más pequeños. El reducto en el que pasan horas continuadas a la exposición de cloro o productos químicos que suelen emplearse para el mantenimiento del agua y, que a su vez, produce la conjuntivitis. Esto se traduce en picor e irritación de ojos.

Su principal causa es una infección bacteriana, un número de diferentes bacterias suelen ser las responsables de la infección, produciendo un lagrimeo verde o amarillento.

En ocasiones, algunos de los síntomas que también pueden darse van desde la mucosidad continua en las fosas nasales hasta la congestión de los seneos.

Por ello, cuando la conjuntivitis aparece puede ser vírica o bacteriana. En el primero de los casos la inicia un virus, generalmente cuando el niño ya padece un resfriado viral, éste ataca a los ojos produciendo la conjuntivitis viral u ojo rojo.

Este tipo de conjuntivitis tiene una alta potencialidad de contagio y, al igual que cualquier enfermedad viral desaparece por sí sola, salvo que haya sido por un herpes-virus, en cuyo caso sí es necesario un tratamiento antiviral específico.

Como aliviarla

La conjuntivitis viral se alivia colocando compresas frías sobre los párpados y pomadas lubrificantes. El empleo de otros procedimientos como las gotas o pómadas antibióticas se considera opcional ya que lo que se produce es una erradicación más rápida, al mismo tiempo que brusca, impidiendo un repunte de la infección.  

La conjuntivitis bacteriana, por su parte, se produce por una infección bacteriana. Es menos común y puede curarse por sí sola en unos 5 días, pero si se aplican gotas o pomadas antibióticas su curación será más rápida.

También se alivia colocando compresas frías sobre los párpados y se recomienda eliminar las costras y secreciones haciendo un lavado con algodón y agua hervida fría.

Cómo percatarse

Lagrimeo, secreciones que al secarse durante la noche proudcen en el peqeuño una fila capa pegajosa que impide la apertura de los párpados llegando al dolor leve, principalmente muscular.

Enrojecimiento e hinchazón así como un continuo cosquilleo que en muchas de las ocasiones se traduce en molesto picazón, suelen ser los principales efectos cutáneos.

En menor medida, se el establecimiento no prolongado de la visión borrosa así como una especial sensibilidad a la luz. También pueden producirse costras así como la inflamación de los ganglios linfáticos. En la mayoría de los casos, los efectos no suelen durar más de cinco días.

 

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