La disfunción eréctil es una disfunción sexual caracterizada por la incapacidad para lograr desarrollar una erección o mantenerla con una rigidez y tamaño satisfactorios. Si el problema es puntual no tiene que convertirse en motivo de preocupación, pero si se repite durante varios meses es importante acudir al médico.
La visita al especialista es necesaria no sólo para solucionar la disfunción sino también para encontrar su origen, ya que puede ser síntoma de alguna enfermedad no diagnosticada que necesita tratamiento. Lo más recomendable es acudir a un urólogo especialista en medicina sexual, es decir, un andrólogo. Este médico realizará una serie de pruebas para diagnosticar la disfunción eréctil y su posible causa.
Cómo prepararse para la consulta
Antes de acudir a la consulta es conveniente:
- Anotar los síntomas que se hayan tenido (parezcan o no relacionados con la disfunción eréctil).
- Preguntar qué hacer antes de ir a la consulta: el médico puede pedir, por ejemplo, que no se coma nada porque va a realizar un análisis de sangre.
- Anotar la información personal más relevante.
- Hacer una lista de las preguntas que se quieran hacer al médico.
- Preparar una lista de los medicamentos que se están tomando.
Diagnóstico de la disfunción eréctil
Para diagnosticar la disfunción eréctil el especialista puede llevar a cabo diferentes pruebas:
- Redacción de la historia clínica y sexual: conocer a fondo la vida del paciente, su historial médico y los fármacos que toma es clave para identificar las posibles causas de la disfunción. Para ello el médico preguntará sobre cuándo empezaron los problemas de erección, si existen lesiones, cambios físicos o emocionales recientes en la vida del paciente y qué medicamentos está tomando. Asimismo, indagará en la búsqueda de antecedentes y su situación social y familiar. Para completar esta historia el especialista también pedirá información sobre la frecuencia de relaciones sexuales satisfactorias y otros datos relacionados con la vida sexual.
- Cuestionario de síntomas: cumplimentado por el paciente sin ayuda del médico. El más utilizado es el IIEF-5 (International Index of Erectile Function-5).
- Examen psicológico: el médico puede hacer algunas preguntas personales y utilizar un cuestionario para diagnosticar un problema psicológico que esté causando la disfunción como, por ejemplo, depresión. En ocasiones también se consulta a la pareja sexual sobre la relación para tener otro punto de vista.
- Exploración física: el especialista explora el pene y los testículos para detectar posibles malformaciones y comprueba la sensibilidad de los nervios. También puede tomar la tensión y el pulso para detectar posibles problemas de circulación.
- Análisis de sangre: principalmente se analizan los niveles de testosterona en sangre, aunque en ocasiones también se pueden solicitar análisis del resto de hormonas, colesterol y azúcar, entre otras cosas. Su objetivo es identificar posibles causas de la disfunción como diabetes, problemas hormonales, ateroesclerosis o desequilibrios de la función hepática o renal.
- Análisis de orina: esta prueba también se utiliza para detectar la diabetes y otras afecciones preexistentes.
- Ecografía: para detectar una mala circulación sanguínea en el pene.
- Registro de la rigidez peniana nocturna: consiste en registrar cuántas erecciones se producen mientras duerme el paciente. Si se producen, la prueba demuestra que el paciente es capaz físicamente de tener erecciones y que la causa de la disfunción puede estar en un problema psicológico. En caso contrario, es probable que la causa sea orgánica.
- Prueba de inyección intracavernosa: se inyecta en el pene una sustancia que provoca la erección para medir el tiempo de respuesta, la firmeza y duración de la erección.
- Prueba de estimulación visual: el paciente visualiza películas eróticas para comprobar si se produce una erección. En caso de que así sea, se puede descartar que la causa de la disfunción sea física.
Los objetivos de estas pruebas no son sólo diagnosticar la existencia de la disfunción sino también encontrar su causa y evaluar la severidad de la misma. En función de la causa y la gravedad de la disfunción así como de la existencia de enfermedades preexistentes, puede haber varias opciones de tratamiento: medicamentos, ondas de choque, plasma rico en plaquetas, tratamiento psicológico, bomba peniana y prótesis de pene.
Si necesita una consulta de urología, en Clínica Regenia cuentan con una unidad especializada en la atención del paciente masculino, en la que tratan problemas como la enfermedad de Peyronie o la disfunción eréctil. Para esta última utilizan el plasma rico en plaquetas además del tratamiento de ondas de choque. Si tiene dudas sobre estos tratamientos o quiere asistir a una consulta de urología para una exploración, no dude en pedir cita y acudir a Clínica Regenia de Granada, ubicada en Avenida de la Constitución 20, o al centro de Jaén, en Plaza de la Constitución 12.