¿Quieres contratar un seguro de salud y no sabes cuáles son los aspectos más relevantes que has de tener en cuenta? Te damos todas las claves que debes conocer al respecto.
Piensa en qué necesitas
Lo primero que has de definir es qué esperas de una póliza de seguro de salud y qué coberturas quieres que tenga. Una vez tienes claro estos aspectos podrás comparar servicios y precios.
Busca y compara
Sin duda, es fundamental buscar entre las diferentes opciones que hay en el mercado. En la actualidad, existe un gran número de pólizas de seguro de salud y de compañías aseguradoras y es fundamental analizar cuáles son las necesidades que se tienen y cuál es la opción que mejor las cubre, ofreciendo una excelente relación entre la calidad de la póliza y el precio. Este es un paso más sencillo y rápido que nunca gracias a los buscadores que puedes encontrar.
Conoce los diferentes tipos de seguro de salud
No obstante, para hacer una elección adecuada es fundamental conocer en qué consisten las coberturas más extendidas en los seguros de salud. En este sentido, destacan las siguientes opciones.
Seguros de asistencia sanitaria
Los seguros de asistencia sanitaria son aquellos que, a cambio del pago de una prima, la persona asegurada puede acceder a un conjunto de profesionales y centros sanitarios que colaboran con la aseguradora. En este sentido, se puede encontrar la modalidad de seguro de salud “sin copago” o “con copago”. Si se opta por la modalidad con copago lo que se hace es que reduce el precio total del seguro, pero cada vez que el usuario vaya al médico pagará una cantidad determinada por la consulta. Normalmente dicha cantidad irá desde los 3 a los 20 euros, en función de si es una consulta, una prueba, etc.
También se pueden encontrar empresas de seguro de salud que ofrecen la posibilidad de contratar seguros de tipo modular, que permiten seleccionar ciertas coberturas, como pueden ser las de la atención especializada y pruebas diagnósticas, pero, por ejemplo, renunciar a la atención hospitalaria. El importe de la prima será diferente en función de las coberturas que se seleccionen.
Seguro de reembolso de gastos
Por otro lado, se encuentran los llamados seguros de reembolso de gastos. Es una modalidad de seguro que cuenta con una prima más cara. A cambio, permiten al asegurado acudir en cualquier momento a cualquier profesional o centro médico, aunque no estén dentro del cuadro médico de la compañía de seguros. Tras la visita, se pasa el coste a la aseguradora, que devolverá un porcentaje determinado, aunque siempre hay un límite de gastos anual. El resto del coste tendrá que abonarlo el asegurado.
Coberturas más frecuentes en un seguro de salud
Con todo, hay que tener claro que las coberturas más frecuentes que se suelen dar en los seguros de salud son las siguientes. Por un lado, la cobertura en asistencia primaria. Aquí se incluye la medicina general, el servicio de pediatría y puericultura y el servicio de enfermería. También el servicio de urgencias.
Además, también se da cobertura en especialidades médicas, como pueden ser las consultas de traumatología, aparato digestivo, neurología, etc, y otros servicios como pueden ser la posibilidad de llamar a una ambulancia, acudir al fisioterapia, colocación de prótesis, asistencia hospitalaria y seguro dental, entre otros.
Fíjate en el periodo de carencia
Por lo general, los seguros de salud suelen tener un periodo de carencia asociado y es importante conocerlo. Esto significa que, tras contratar el seguro, no es posible usar desde el primer momento determinadas prestaciones. Generalmente, dichas prestaciones afectan a las intervenciones quirúrgicas, a la hospitalización, a la realización de pruebas diagnósticas complejas como puede ser un TAC, a los servicios de psicología, tratamientos de radioterapia y quimioterapia.
Lo mismo ocurre con las intervenciones como la vasectomía y la ligadura de trompas, los partos o cesáreas y los tratamientos de infertilidad y esterilidad.
Por lo general, el tiempo de carencia que establecen las aseguradoras suele oscilar entre los 6 y los 8 meses, aunque en los tratamientos vinculados a la infertilidad y esterilidad, el tiempo de carencia se suele ampliar hasta los 48 meses. Los asegurados que vienen de otras compañías de salud puede que no cuenten con estos tiempos de carencia o que sean mucho menores. En cualquier caso, como decimos, resulta fundamental informarse de este punto antes de contratar una póliza de salud.