Las altas temperaturas pueden provocar problemas de salud que van desde calambres musculares a golpes de calor, pasando por mareos, debilidad muscular y vómitos. En algunos casos pueden causar incluso la muerte si no se recibe la correcta atención médica. Por ello es importante cuidarse de forma específica frente al calor.
Cómo proteger la salud frente al calor
Según señala el Ministerio de Sanidad, para evitar los problemas de salud derivados de las altas temperaturas es recomendable:
- Beber mucha agua o líquidos sin esperar a tener sed, evitando las bebidas alcohólicas o muy azucaradas, el café, el té y la cola.
- Permanecer en lugares frescos durante los días de intenso calor. Si es posible, conviene pasar al menos dos horas en algún lugar climatizado.
- Tomar una ducha o baño fresco.
- Bajar las persianas para que el sol no entre directamente en casa. No se deben abrir las ventanas cuando la temperatura exterior es más alta que la interior. Hay que evitar el uso de máquinas y aparatos que puedan producir calor en las horas de mayor temperatura. A partir de los 35º en el interior de la vivienda el ventilador no enfría el aire, sólo lo mueve.
- Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos).
- Evitar las actividades en el exterior en las horas más calurosas, sobre todo si las actividades son intentas.
- En el exterior se debe procurar estar a la sombra, usar ropa ligera y de color claro, protegerse del sol y usar sombrero y un calzado fresco, cómodo y que transpire.
Precauciones que deben tomar los colectivos vulnerables
El calor no afecta a todas las personas por igual, sino que son más sensibles ciertos colectivos: las personas enfermas o medicadas, las personas con mucho peso, las dependientes, los niños y las personas mayores de 65 años. Para evitar problemas de salud estos colectivos deben cuidar especialmente su cuerpo frente al calor. La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía recoge en su web Verano y Salud los siguientes consejos para niños y personas mayores.
Cuidados infantiles frente al calor
Los niños son más susceptibles al exceso de calor, entre otras cosas, porque producen menos sudor que los adultos, su temperatura corporal sube más deprisa y se adaptan peor a las altas temperaturas. Para evitar que el calor afecte a su salud es recomendable:
- Evitar su exposición al sol entre las 11 y las 18 horas.
- Proteger su piel con crema de protección solar de índice superior a 25.
- Secarlos después del baño, ya que el agua en la piel intensifica la acción de los rayos solares.
- Procurar que permanezcan a la sombra si hay que salir a la calle. Asimismo hay que proteger su cabeza con una gorra o sombrero y utilizar ropa clara y amplia, de tejidos naturales como el algodón.
- Llevar agua al salir a la calle.
- Intentar que permanezcan en la habitación más fresca de la casa. Si se utiliza aire acondicionado hay que elegir una temperatura que combata el calor pero que no provoque frío.
- Duchar a los niños varias veces al día si es necesario. Las toallas húmedas también ayudan a refrescar la piel.
- Evitar el exceso de abrigo y los lugares cerrados y expuestos al sol sin climatización, como las casetas o tiendas de campaña.
- Si el coche está aparcado al sol, antes de entrar hay que abrir las puertas y ventanas y esperar a que baje la temperatura del interior.
Cuidados frente al calor para las personas mayores
Las personas mayores son más sensibles al calor por las mismas razones que los niños. A estos factores se añade también la posible existencia de enfermedades crónicas que agravan los efectos del calor. Además, algunas personas con problemas de memoria, de comportamiento o dificultad para orientarse no son capaces de remediar necesidades tan básicas como la sed o la sensación de calor.
Las personas mayores deben:
- Evitar las salidas y actividades a las horas de más calor, especialmente las físicas como deporte, bricolaje, jardinería…
- Al salir a la calle, permanecer a la sombra, proteger la cabeza, usar ropa ligera y amplia de color claro y llevar una botella de agua.
- Permanecer en las habitaciones más frescas de casa. Si no hay ninguna, es recomendable pasar algunas horas en un local climatizado cercano al domicilio.
- Ducharse o bañarse varias veces al día para refrescar el cuerpo. También se puede humedecer la ropa.
- Beber lo más posible, incluso sin sed. Lo mejor es el agua, aunque también se pueden tomar zumos, leche o sopas frías. En cuanto a la comida, se deben evitar los platos calientes y copiosos.
- Evitar el alcohol, ya que deshidrata al aumentar la sudoración y facilitar la eliminación de agua por la orina.
- Pedir ayuda en caso de encontrarse mal a causa del calor.