Cuando se trata de rutas de montaña prolongadas, llevar una buena planificación alimentaria es tan importante como elegir el calzado o el itinerario adecuados. La clave está en seleccionar alimentos con alto valor energético, fáciles de transportar y que se conserven bien durante varios días.
Qué tipo de comida es útil en rutas largas
Durante un trekking de 5 días, el cuerpo demanda un aporte constante de energía. Por eso, los alimentos más recomendados son aquellos que combinan carbohidratos, proteínas y grasas saludables en formatos prácticos:
- Frutos secos y frutas deshidratadas: aportan energía rápida y ocupan poco espacio.
- Barras energéticas y chocolate negro: opciones compactas para momentos de desgaste.
- Quesos curados, pan integral o galletas saladas: ideales para pequeñas comidas durante el camino.
- Sopas deshidratadas, arroz o pasta instantánea: fáciles de preparar con agua caliente al final del día.
- Legumbres enlatadas: especialmente útiles si se cuenta con puntos de acampada equipados.
Llevar un termo, filtros de agua y bebidas con electrolitos también es útil para mantener una hidratación adecuada.
Conservación durante la ruta
La conservación es otro aspecto a tener en cuenta. Utilizar envases herméticos y bolsas con cierre tipo zip ayuda a mantener la comida en buen estado y optimizar el espacio en la mochila. Si las temperaturas lo permiten, un termo puede ser un gran aliado para transportar caldos o bebidas calientes.
Para más ideas sobre cómo planificar el menú en este tipo de rutas, el blog de Turismo Navas de San Juan ofrece consejos detallados adaptados a distintos entornos y duraciones.