Comer poco y de forma equilibrada, no fumar, practicar el ejercicio físico, mantenerse activo e ilusionado y vivir en sociedad son algunas de las pautas indispensables para mantener un cerebro joven y tener garantizada una jubilación física y mental exitosa. Así lo sostiene Francisco Mora, catedrático de Fisiología Humana, en su libro ‘¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro?’ (Alianza Editorial). Mora responde con un categórico «sí», aunque admite que puede ser muy ‘costoso’, ya que requiere que se adopten ciertos hábitos y estilos de vida.
El autor afirma que tiene una «explicación relativamente fácil» que existan personas centenarias que han alcanzado esa cúspide de su vida con una buena situación física y mental. Los estudios realizados al efecto -basados en el historial clínico de mil personas que han alcanzado los noventa o cien años de edad- perfilan unas «características comunes a todos ellos», indica Mora: «Todos son delgados, ninguno fuma o ha fumado y tienen la capacidad natural de poder sobreponerse a cualquier situación de alarma, estrés o desesperanza con una templanza extraordinaria».
Alcanzar una vejez ‘joven’ -incluso muy avanzada-, arguye el catedrático, es posible retrasando el deterioro del cerebro -intrínseco al proceso de envejecimiento- tras adoptar determinados estilos de vida que, no por conocidos, se han demostrado menos ‘cruciales’. Porque la genética influye muy poco. «Si acaso entre el 25% y el 30%; lo fundamental son los hábitos, porque los genes no son los últimos responsables de lo que nos sucede. Depende de la enorme responsabilidad de uno mismo, con la que se puede envejecer bien sin ser una carga para los demás ni convertirse en una persona dependiente», en palabras del especialista.
Convivir con los demás
Para retrasar el deterioro del cerebro, una de las fórmulas fundamentales reside en «vivir siempre en compañía y, si se vive solo porque no se tiene otra alternativa, convivir con los demás mediante cualquier afición o estudio». «El ser humano es un ser social, que encuentra sentido a su vida cuando contacta con los demás.
Además es «indispensable» no «apagarse emocionalmente por la vida», sino mantener la ilusión por proyectos, viajes o planes inmediatos, aunque se tengan 70 u 80 años. «A partir de cierta edad, por ejemplo los 50 años, es el momento propio para aprender un nuevo idioma, porque emociona y el cerebro cambia de alguna manera cuando nombramos al mundo con palabras nuevas. Evitar el apagón emocional es sustancial para tener un cerebro joven», dice Mora.
Una de las píldoras necesarias para tener una longevidad positiva es «comer mucho menos de lo que se come y hacer ejercicio físico aeróbico; es decir consumir el oxígeno a medida que se necesita: andar o correr siempre que no nos produzca jadeos». Sobre el primer aspecto, es esencial «comer menos y de todo, equilibradamente», porque desarrollar una obesidad, una diabetes o una arterioresclerosis por comer mucho produce un deterioro mental significativo. «Comer menos produce un aumento de neuronas nuevas en el cerebro».
En cuanto al ejercicio físico, indica Mora que es un aspecto fundamental, porque además de desarrollar los músculos y los huesos, se ha demostrado que ocurre lo mismo que con la comida: «Aumentan las neuronas nuevas en áreas relacionadas con el aprendizaje y la memoria».
Otro apartado clave para evitar el envejecimiento cerebral es no fumar. Está constatado que fumar adelanta las enfermedades del envejecimiento 14 años y que se pierden siete años de vida como media. «El tabaco provoca infartos pequeñitos en el cerebro que no se presentan sintomáticamente aislados, pero que con el tiempo se acumulan y se sufre un deterioro mental cinco veces superior al de la persona que no fuma», sostiene el autor del manual.
«La emoción de querer seguir vivo -asegura Mora- es muy difícil de sostener a partir de cierta edad», por eso es necesaria mantener intacta la ilusión y buscar los proyectos que la mantengan a flote. No es necesario caer en el uso de las ‘maquinitas’ que dicen agilizar la memoria de los usuarios. «Simplemente con navegar por Internet un hora todos los días, mejora globalmente el aspecto cognitivo en general», concluye Mora.