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La obesidad infantil ya es una pandemia

Según publica en su última rueda de noticias la agencia Europa Press, la enfermedad cardiovascular es una epidemia que progresará porque la obesidad infantil en el mundo ha aumentado un 35% en la última década, según ha alertado el presidente del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Valentí Fuster, en el marco del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología que se celebra en Barcelona. Fuster destacó que entre el 8% y el 16%de los niños españoles de entre seis y siete años así como el 20 por ciento de la población adulta padece obesidad, que mata a 18.000 personas al año en el país. Además, un 30 por ciento de los adultos tiene sobrepeso.

Señaló que la obesidad afecta a personas de todos los niveles socioeconómicos, lo que atribuyó a la «pérdida de relación» entre los niños y sus padres en los últimos cuarenta años y al abandono del ejercicio físico.

Es «muy preocupante», dijo Fuster, porque provoca diabetes, hipertensión y niveles altos de colesterol y porque el cambio de tendencia de estos niños al llegar a la edad adulta es «muy poco probable».

Respecto a la epidemia de enfermedad cardiovascular a nivel internacional, señaló que es fruto de comer rápido y barato -con más hidratos de carbono y grasa-, de abusar de los alimentos conservados en sal -que favorece la hipertensión-, y del aumento del tabaquismo en los países pobres.

Apuesta por la alimentación sana en las escuelas

Por ello, recomendó centrarse en la educación y prevención sobre todo de niños de entre tres y siete años -edad determinante para modelar la conducta en el futuro- y presentó junto al Chef y presidente del Comité Asesor la Fundación y Alimentación, Ferran Adrià, un proyecto conjunto para mejorar fomentar un estilo de vida saludable en las escuelas.

El objetivo del estudio científico y sociológico Salud Integral (SI) es inculcar a niños de primaria una dieta sana y equilibrada y una vida libre de drogas, «incluídas el tabaco y el alcohol», según Fuster, que afirmó que es un proyecto «único, creativo y muy difícil» por estar dirigido a niños.

Este proyecto pionero se está llevando a cabo desde enero y con 600 niños en una escuela de Madrid y en otras tres de Cardona (Barcelona) -públicas y privadas- con el fin de identificar estrategias eficaces para fomentar hábitos saludables. La coordinadora del programa en Cardona, Queralt Prat, explicó que se dedican de cuatro a cinco horas semanales a transmitir buenos hábitos a los escolares y que en el plazo de dos a tres años querrían implantarlo «en todos los colegios de Catalunya».

Adrià, por su parte, afirmó que «hay que lograr que la gente disfrute comiendo de forma saludable», y recordó que «el mejor gazpacho del mundo vale 60 céntimos de euro», en referencia al coste una buena alimentación. El cocinero y el cardiólogo mostraron a continuación el ejemplo de un desayuno saludable -con frutas, verduras, leche, pan integral, queso y frutos secos-, ante el cual Adriá comentó que «la mejor sopa de naranja continúa siendo el zumo de naranja».

Fuster explicó que para prevenir enfermedades como las cardiovasculares hay que adecuar la dieta con el fin de evitar el sobrepeso y el colesterol y recomendó comer de forma variada y optar por los platos «Miró», en referencia a la variedad de colores de frutas y verduras.

En materia de salud cardiovascular, aseguró que la obesidad es un enfermedad moderna, «adquirida y de consumo» y que hasta que una persona no toma la decisión de cuidar su salud «no hay nada que hacer». Al preguntársele qué hay que hacer para evitar el sobrepeso tanto en niños como en adultos, fue tajante: «Comer menos».

La Polipíldora

Asimismo, el cardiólogo comentó que la polipíldora para el corazón, que unifica tres principios activos -inhibidor de la ECA, estatina para el colesterol y aspirina- y que cuya eficacia está siendo testada en pacientes que ya han sufrido un infarto podría comercializarse a finales del 2010 o principios del 2011.

El objetivo es evitar que el paciente tenga que tomar muchas pastillas al día y así aumentar la adherencia al tratamiento y reducir los costes del mismo. En la actualidad, la mitad de la población deja de tomar alguno de los medicamentos al cabo de un año.

 

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