El asma es la enfermedad crónica con mayor prevalencia en la edad pediátrica. La mayoría de los menores con asma presentan una enfermedad intermitente, con episodios poco frecuentes. Sin embargo, una cuarta parte de los niños con asma presentan síntomas persistentes o manifestaciones graves. En estos casos, se calcula que el niño tiene una limitación de sus actividades diarias de hasta 20 días por año y falta a clase hasta 10 días al año.
Entre las causas del incremento del asma infantil, la SENP apunta factores como el aumento del tabaquismo, que se debe al número de mujeres que fuman durante el embarazo y a la exposición pasiva de los menores al humo del cigarrillo, o factores climáticos y medioambientales, como los los alergenos perennes o estacionales –como los ácaros, hongos o pólenes– y la contaminación en el aire.
Por otro lado, la SENP apunta que, en la última década, se ha apreciado un aumento de la prevalencia de obesidad y su relación con el asma en la adolescencia. La obesidad predice el desarrollo de asma y puede, en individuos susceptibles, desencadenar síntomas de asma.
Con motivo del Día Mundial del Asma, la SENP quiere concienciar a la población «de la importancia de controlar el asma con la educación y el tratamiento adecuado», ya que sólo un 5% de los niños que padecen asma controla su enfermedad, a pesar de que, con las acciones adecuadas, se pueden minimizar los síntomas, reducir los ataques asmáticos y conseguir que el paciente tenga una vida normal.