Una investigadora del Grupo de investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada ha alertado sobre los beneficios y perjuicios del uso de los Tests Genéticos Directos al Consumidor (TGDC) y la necesidad de encuadrarlos bajo un marco regulador.
En este informe, publicado en la revista Ars Pharmaceutica, María Fernández analiza el uso de los Tests Genéticos Directos al Consumidor desde el punto de vista del consumidor, del sanitario y de la experiencia en otros países donde estos tests tienen ya un comercio establecido.
Los TGDC proporcionan acceso a la información genética de una persona sin que necesariamente intervenga un médico ni ningún otro personal de salud en el proceso.
Si un consumidor decide adquirir una de estas pruebas genéticas por internet, el test se le envía directamente, y será él quien en primer lugar reciba los resultados de la misma y decida qué hacer con ellos, incluyendo pronósticos de múltiples enfermedades.
¿Se cumple en todo momento con la Ley de Protección de Datos? ¿Los resultados están evaluados por personal cualificado? ¿Qué impacto tienen sobre la salud del paciente? “Estas nuevas posibilidades de información médico-sanitaria llevan asociadas nuevos planteamientos ético-legales a los que es necesario prestar atención en España”, señala la investigadora de la UGR.
Es necesario que ante, esta cuestión, prevalezca la honestidad y la protección del paciente frente a otros puntos de vista, y prestar atención a nuevas tecnologías y estrategias sanitarias, ya que pueden existir implicaciones para el asesoramiento genético, con posibles cambios en el paradigma actual.
Las farmacias comunitarias, “como centros sanitarios de proximidad a la población general y por su estructura organizada, entre otras características, se convierten en los perfectos aliados a la hora de proponer una regulación sanitaria de los TGDC”, destaca la autora.