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Alcohólicos tempranos, cerebros destruidos

Restos de una noche de botellón. ARCHIVO.

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Restos de una noche de botellón. ARCHIVO.

El consumo abusivo de alcohol puede dañar de manera irreversible el desarrollo del cerebro de los menores de 25 años, ya que es a esta edad cuando termina de madurar. Además, los jóvenes que se inician a una edad temprana en su ingesta -en la actualidad está fijada en los 13 años- aumentan sus posibilidades de llegar a ser alcohólicos y adictos a otras sustancias.

Estas son las principales conclusiones que ha expuesto este jueves la jefa del Laboratorio de Patología Celular del Centro de Investigación Príncipe Felipe, Consuelo Guerri. Ha explicado que el consumo abusivo puede ser muy perjudicial para los consumidores, sobre todo si éstos son menores de 25 años pues ya que hasta esa edad, el cerebro humano está todavía en formación, por lo que los daños neuronales que se producen durante esa etapa de maduración y desarrollo son «irreversibles».

Esta científica ha advertido además de que los experimentos que se han realizado demuestran que esta mayor neurotoxicidad se produce en regiones implicadas en la memoria y el aprendizaje, como son el hipocampo y la región prefrontal. Por ello, los adolescentes con altos índices de consumo concentrado en poco tiempo tendrán problemas en el medio escolar y también en la conducta ya que se ha constatado que se vuelven más agresivos.

Guerri ha expuesto que para entender los problemas que genera hay que hacer también una Biología de esta sustancia ya que a diferencias de otras drogas el alcohol tienen propiedades beneficiosas. Así, un consumo moderado, un vaso al día, es un protector cardiovascular pero hay que tener en cuenta que en determinados colectivos no deberían ingerir ninguna cantidad, como las mujeres embarazadas porque daña el cerebro del feto, así como los enfermos de hepatopatía o para los exalcoholicos. En el caso de los jóvenes, el problema surge porque se ha cambiado el patrón de consumo del mediterráneo al de los países anglosajones basado en un consumo abusivo e un corto espacio de tiempo.

Desde los 13 años

Por su parte, el jefe de Servicio del Plan Municipal de Drogodependencias de Valencia, Francisco Bueno, ha señalado que el inicio del consumo de alcohol entre los jóvenes se sitúa en los 13,7 años, y que el 58,8 por ciento de los estudiantes de entre 14 y 18 años reconoce haberse emborrachado en el último años y el 35,6 por ciento en el último mes, lo que supone que 6 de cada 10 escolares se ha emborrachado en los últimos 30 días.

Bueno señala que en las encuestas que les realizan a los escolares admiten que beben porque «lo hace todo el mundo» y tienen la sensación de que «quien no lo hace es un ‘pringao'». Además, ha destacado que Valencia es la única ciudad que cumple a «rajatabla» la normativa de prohibición de publicidad de alcohol y tabaco cerca de los colegios.

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