Las actividades acuáticas son las más recomendadas para aliviar los dolores de espalda, como es de sobra conocido. Una de las razones principales de lo anterior es que suelen ser actividades que ejercen un impacto aeróbico reducido sobre nuestro cuerpo y en concreto, sobre nuestra espalda y columna vertebral. Es muy diferente a correr u otras formas de ejercicio aeróbico: al practicar actividades acuáticas no producimos ningún impacto sobre la estructura de nuestra columna, el agua amortigua, hace flotar el cuerpo, permitiendo que este desprenda el estrés y la tensión acumulada en las articulaciones del mismo.
En el agua se aprende a mejorar el control de la propia postura, mejorando el hábito y evitando adoptar en la vida cotidiana, vicios posturales que pueden desembocar en problemas mayores. Además, el agua a determinadas temperaturas ejerce un beneficioso efecto sobre contracturas musculares, y ayuda a relajar y destensar los tendones.
Con el término “actividades acuáticas” no nos estamos refiriendo a los estilos definidos de natación (croll, espalda y braza), que sí parecen ser contraproducentes en el caso de determinadas lesiones, ya que practicándolos se mantienen determinadas posturas que pueden agravar los problemas. Sin embargo, desplazamientos en el agua, flotar, suaves brazadas, flexiones de piernas (actividad física tipo aquagym) etc. dirigidas por un profesional del entrenamiento, parecen beneficiar y frenar diferentes dolencias.
Este tipo de ejercicios se aconsejan sobre todo para el dolor de lumbago y, en general, de la parte inferior de la espalda. Entre las razones principales para hacer estas recomendaciones, se encuentra el hecho de que la espalda tiene que soportar un peso bastante reducido mientras las practicamos bajo el agua, evitando así un mayor daño a los músculos de la zona. Además, de este modo entrenamos de forma integral, estirando y ejercitando prácticamente la totalidad del cuerpo, sin forzar de forma excesiva ningún grupo de músculos en concreto. El agua de por sí ofrece una mayor resistencia, la cual resulta suficiente a la hora de hacer ejercicio y así hacer nuestros músculos más fuertes.
Parte importante de la rutina también es el descanso, por eso llegados a este punto, se debe elegir siempre un equipo de descanso que mantenga la espalda en una posición lo más natural posible, para de nuevo, evitar lesiones o no agravar problemas que ya estemos sufriendo.