La iontoforesis es una técnica antigua que utiliza corrientes eléctricas para lograr la penetración de fármacos dentro de los tejidos, más allá de la piel. Sus efectos se producen a nivel local conforme los medicamentos se van depositando en los tejidos, de manera que su efecto será más lento pero duradero.
Esta técnica se basa en el principio físico de que los iones migran en función de su polaridad si están sometidos a una corriente eléctrica. Esto quiere decir que las sustancias se descomponen en iones positivos y negativos que buscan el polo opuesto atravesando todas las barreras que se encuentren, incluida la piel.
Aplicado a la medicina, si se coloca un medicamento sobre la piel y luego una corriente continua (galvánica) de baja intensidad, el medicamento penetrará fácilmente en el organismo. Para ello, el electrodo colocado encima del medicamento deberá ser de la misma polaridad que éste, de manera que se repelan y la sustancia penetre en el cuerpo.
Cómo es el tratamiento con iontoforesis
Para que penetren los fármacos es necesario utilizar sustancias electrolíticas (es decir, en forma de iones), que pueden ser acuosas, cremas o pomadas siempre que se disocien en iones. A continuación se colocará sobre la sustancia el electrodo de la corriente que tenga la misma polaridad que ésta. El electrodo contrario se situará lo más enfrentado y próximo al activo. De esta manera, el fármaco entrará en el organismo buscando el ion contrario porque repelerá el electrodo de la corriente. Es decir, si el medicamento tiene carga positiva se aplicara la corriente con carga positiva encima para que se repelan, y de esta manera la sustancia penetrará en los tejidos.
La duración del tratamiento dependerá del tamaño de las placas de electrodo, de la concentración del medicamento en miligramos y de la intensidad empleada durante el tratamiento. Habitualmente se comenzará con intensidades bajas que se irán aumentando progresivamente según lo tolere el paciente. Dicha intensidad también habrá que ajustarla en función del medicamento y la dosis.
Para qué se utiliza
Los efectos de la iontoforesis son diversos en función del tipo de medicamento que se introduce en el organismo. No obstante, se utiliza principalmente en el campo de la fisioterapia. Entre otras afecciones se usa para el tratamiento de:
· La fibromialgia.
· Lesiones inflamatorias localizadas.
· Neuropatías periféricas por atrapamiento.
· Lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias y otros procesos inflamatorios que causan dolor.
· Distrofia simpático refleja o Atrofia de Sudeck.
· Calicificaciones.
· Cicatrices fibrosas.
Efectos secundarios
Aunque a muchos pacientes les preocupa recibir descargas durante el tratamiento, los dispositivos comercializados cumplen estrictas normas de seguridad y este riesgo es prácticamente nulo. En general los efectos secundarios de la iontoforesis son mínimos. La aplicación de la corriente puede provocar un cosquilleo o sensación de ligeras punzadas pero en casi ningún caso esta sensación es dolorosa. En algunas ocasiones pueden aparecer pequeñas ampollas que desaparecen en poco tiempo. En caso de irritación de la piel se puede utilizar una crema hidratante después de cada sesión.
Por supuesto, el requisito indispensable para evitar efectos secundarios es no aplicar medicamentos a los que el paciente sea alérgico, para lo cual es importante que se haga un estudio de las alergias del mismo previo al tratamiento.
Contraindicaciones
La iontoforesis no debe utilizarse en aquellas zonas del cuerpo:
· Con tromboflebitis.
· Anestesiadas o con falta de sensibilidad.
· Isquémicas.
· Con hematomas recientes o con heridas.
No deben someterse a la iontoforesis las personas:
· Con implantes metálicos importantes (como las prótesis articulares).
· Con epilepsia.
· Con afecciones cardiacas o marcapasos.