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La dislexia, clave para el fracaso escolar

DISLEXIA_RETOCADA

Escribir al revés («en espejo»), leer a trompicones o silabeando y no comprender las horas del reloj son algunos de los síntomas de la dislexia, un trastorno de lectura que, junto con otras Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) ocasionan alrededor del 65 por ciento del fracaso escolar.

La dislexia es un trastorno que se manifiesta en niños con un coeficiente intelectual normal, pero que sufren problemas cognitivos cuando empiezan a leer, que ralentizan su aprendizaje y afectan sobre todo a su capacidad comunicativa. Las estadísticas indican que entre un 10 y un 15 por ciento de la población escolar podría tener dislexia, lo que significa que en cada aula de educación primaria puede haber entre dos y tres alumnos con este problema.

José Quintanal, experto en comunicación y profesor de Educación en la UNED, ha explicado que existe un fuerte componente genético que puede determinar la aparición de la dislexia, pero este no sería el único factor, puesto que algunos niños son los únicos que la padecen en su familia.

Detectarlo a tiempo

El diagnóstico no es tarea fácil; las asociaciones critican que el profesorado no está suficientemente preparado para detectar los casos de dislexia a tiempo, y que en la mayoría de las ocasiones se tacha al niño de vago, inmaduro o revoltoso. Además, las pruebas diagnósticas son muchas y variadas, pese al esfuerzo que algunos expertos están haciendo para extender el uso del «ABC Dislexia», una prueba única que mide el nivel intelectual del niño y cualidades como la capacidad de atención, la memoria, la percepción y el carácter emotivo.

Detectar la dislexia a tiempo es fundamental para el progreso académico de los niños. Los expertos coinciden en que cuando se diagnostica entre los cinco y seis años, su evolución es mucho más positiva, porque el retraso no es aún pronunciado ni ha habido discriminación.

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