El sol: El astro rey luciendo en su esplendor debido al verano es una fuente de salud, siempre siguiendo las recomendaciones médicas sobre exposición solar. Interviene en la formación de la vitamina D importante para la absorción del calcio de los huesos, por eso se recomienda tomar el sol a personas con riesgo de osteoporosis y a niños en edad de crecimiento. Además los baños de sol estimulan la producción de células en la médula ósea, mejoran el tono muscular y favorecen la utilización de oxígeno en el metabolismo celular.
El mar: La riqueza de minerales del agua marina (cloruro de sodio, potasio, magnesio, yodo etc.) hacen que el mar sea un “caldo” especialmente indicado para estimular la circulación sanguínea y mejorar problemas dermatológicos. Es un excelente depurativo tanto físico como mental ya que un baño en el agua de la playa ejerce un efecto anti estrés
Condiciones atmosféricas especiales: En la playa y sobre todo cuanto más nos acercamos a la orilla se produce una especie de “microclima” con un grado de humedad ideal para mejorar afecciones de tipo asmático y alérgico. El viento moderado tiene un efecto revitalizante y activador para el que tiene el placer de disfrutarlo.
Arena: Además del conocido efecto exfoliante que provoca frotar con arena mojada nuestra piel, caminar por la arena fortalece los músculos de piernas y pies y estimula la circulación sanguínea, por lo que se recomienda para problemas de varices. Hacer castillos de arena potencia la creatividad en niños y les permite trabajar la psicomotricidad fina y gruesa. Simplemente tumbarse en ella es un deleite para los sentidos y supone para algunos una sensación de relax plena.
Una intensa jornada de playa estimula el apetito y facilita un sueño placentero. Una cena deliciosa y ligera, una agradable conversación antes de dormir y descansar durante toda la noche en un equipo de descanso de Grupo Lo Monaco sería una manera perfecta de terminar cualquier día de nuestras merecidas vacaciones.