Noticias«Con el cáncer de próstata no debes esperar síntomas urinarios»

«Con el cáncer de próstata no debes esperar síntomas urinarios»

El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer más frecuente en hombres. El doctor Santiago Bucar, miembro de Saluspot y especialista en Urología, explica los factores de riesgo de esta enfermedad, además de cómo se previene y cuáles son los tratamientos más efectivos. El doctor pone el foco en la necesidad de no subestimar la exploración rectal a la hora de hacer un diagnóstico precoz.

–¿Qué incidencia tiene el cáncer de próstata?

–Estadísticamente, el cáncer de próstata es el segundo tumor maligno más frecuente en el hombre, tras el de piel. Su incidencia (número de casos nuevos diagnosticados por año) es la más elevada. Ello no se debe a un aumento de su presencia, sino a que se diagnostican cada día más casos en fases iniciales de la enfermedad, gracias al diagnóstico precoz cada vez más establecido.

–¿Cuáles son los factores de riesgo?

–Dos son los factores a tener en cuenta: la edad (riesgo en aumento a partir de los 50 años) y antecedentes familiares. Como antecedentes familiares de riesgo, hemos de considerar los familiares varones de primer grado (padres, tíos, hermanos) con cáncer de próstata en edades jóvenes, es decir por debajo de los 70 años.

–¿Cuál es la importancia de un diagnóstico precoz?

–Es en edades jóvenes cuando existe riesgo para la supervivencia y la calidad de vida, y es solo entonces cuando podemos aplicar tratamientos curativos. Al ser un cáncer de progresión lenta, hemos de tener en cuenta que este tumor diagnosticado a los 70 años (posiblemente en un estado ya avanzado), se ha podido iniciar incluso 10 años antes, momento en el cual hubiese sido plenamente curable. Pocas enfermedades malignas pueden diagnosticarse de forma precoz y, por tanto, curarse de forma tan sencilla y rápida.

–¿Cuándo es necesario someterse a las pruebas?

–No debemos esperar síntomas urinarios. El cáncer de próstata, por definición, no da síntomas. Los trastornos miccionales son provocados en todo caso por el crecimiento benigno de la próstata. Por tanto, si esperamos a tener síntomas urinarios para hacer la prevención, puede que ya no lleguemos a tiempo para un diagnóstico precoz.

–¿Cómo se previene el cáncer de próstata?

–Con dos aspectos básicos: la determinación del antígeno prostático específico en sangre (PSA) y la exploración (tacto rectal). En contra de lo establecido incluso en algunos informes de laboratorio, el PSA no es un marcador tumoral. Es un marcador específico de próstata, pero lo pueden alterar tanto los procesos benignos (inflamación, crecimiento benigno, infección urinaria…) como los malignos (cáncer de próstata).

–¿Qué importancia tiene la exploración rectal?

–Existe una tendencia a infravalorar la importancia de la exploración (tacto rectal), para basarse únicamente en el PSA para el diagnóstico precoz del cáncer de próstata. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que la mayoría de tumores malignos de la próstata aumentan el PSA, pero también es cierto que un porcentaje nada despreciable no lo hace. Estos tumores de próstata que no aumentan el PSA suelen ser más agresivos. Hay que reforzar la actitud de realizar siempre un tacto rectal si queremos una correcta prevención.

–¿Cómo se trata el cáncer de próstata?

–Hoy disponemos de tres terapias básicas: dos para la curación radical (cirugía y radioterapia) y una para tratamiento paliativo (tratamiento hormonal). La cirugía se basa en la extirpación de la totalidad de la glándula prostática. Esta técnica puede realizarse mediante cirugía abierta, laparoscópica o robótica. Hoy en día, cualquiera de las tres técnicas son de correcta indicación, dependerá exclusivamente de la experiencia del cirujano el aplicar una u otra. La radioterapia puede aplicarse de forma externa o implantando semillas radiactivas directamente en la próstata en pacientes que reúnan unas características concretas (braquiterapia).

–¿En qué consiste el tratamiento hormonal?

–Es la inyección intramuscular de un fármaco de forma trimestral o semestral. Su tolerancia es buena y consigue frenar la enfermedad en la mayoría de casos, aunque no se trata de una terapia curativa, dado que su efecto no es indefinido. En definitiva, el cáncer de próstata es una enfermedad mortal y frecuente, pero prevenible y curable si somos conscientes de ello.

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