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¿Hacer deporte te cuesta? No eres tú, es tu cerebro

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Hacer ejercicio físico, sí, cuesta y mucho, todos lo sabemos, como también sabemos que evitar el ejercicio no es lo más sano, pero a pesar de ello parece que la razón no arrastra a la voluntad. Este hecho está avalado por largos fines de semana de “tumbing” dejando apartada cualquier tipo de actividad física.

Es hora de que dejes de castigarte, no eres tú, es tu cerebro: un reciente estudio llevado a cabo por un grupo de neuropsicólogos de diferentes países ha demostrado como el cerebro gasta menos recursos evitando la actividad física que evitando el sedentarismo.

Una cuestión de economía de recursos

En el estudio, se investigó mediante electroencefalografía, la actividad que se presentaba en la corteza cerebral cuando los sujetos experimentales evitaban el practicar deporte o, por el contrario, cuando evitaban las conductas sedentarias. La muestra elegida fue 29 adultos jóvenes que eran físicamente activos o físicamente inactivos (pero con la intención de convertir el deporte como parte de su rutina habitual).

Los resultados de comportamiento mostraron que era una cuestión de economía y es que, el cerebro utilizaba más recursos a la hora de practicar deporte, y menos cuando se decidía quedarse sin hacer nada. Por lo tanto, la actividad cerebral que nos lleva a hacer deporte es mayor que la que nos hace quedarnos en el sofá.

Aunque evidentemente gran parte de los resultados pueden achacarse a las características de la muestra experimental y la investigación es muy básica, no puede negarse el logro, ya que este grupo científico ha logrado una prueba fehaciente de que hacer deporte realmente cuesta trabajo, ese impulso primario que nos hace evitar ponernos las zapatillas y salir a correr.

La pereza parece ir en los genes

Además, otro estudió del año 2014 señaló que existe una mutación del gen SLC35D3 que hace que se carezca de motivación para realizar cualquier tipo de deporte. En las personas que presentan esta mutación, los circuitos cerebrales dopaminérgicos se reducen, y hace que no sientan ese placer que sienten otros cuando practican deporte.

 

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