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Fiscalía investiga el uso de un fármaco contra la úlcera para abortar ilegalmente

Es una de esas historias que tienen pinta de leyenda urbana: en América Latina está muy extendido el uso de un fármaco contra la úlcera de estómago para abortar ilegalmente. El medicamento en cuestión, que está contraindicado en caso de embarazo, es conocido como la píldora abortiva de los pobres. Parece un bulo, pero no lo es. Allá, al otro lado del Atlántico, es una dramática realidad. En España, este peliagudo asunto se ha asomado a los medios de comunicación de forma intermitente. La costumbre se instaló aquí en la década de los noventa del siglo pasado (aunque no con la dimensión casi «epidémica» que parece haber alcanzado en América Latina). Hace dos años, las Fuerzas de Seguridad del Estado detuvieron en Madrid a una pareja que vendía el producto en todo el país a través de Internet. Gracias al «hiperbazar» que es la red de redes -donde todo se compra y se vende sin importar las consecuencias-, el problema ya es global.

Informes

La Fiscalía de Granada, sin ir más lejos, ha abierto una investigación para tratar de aclarar si se utilizó el protector estomacal -también es útil para apaciguar los síntomas de la úlcera duodenal- en un caso de aborto presuntamente clandestino que fue detectado en la provincia, una conducta que podría constituir un delito. Según ha podido saber IDEAL, el Ministerio Público ha recabado varios informes médicos para intentar arrojar luz sobre este delicado episodio.

Más allá de la relevancia penal del incidente -el expediente puede ser archivado y no acabar en juicio-, lo inquietante es que esta práctica puede ser muy perjudicial para la salud de las gestantes. Entre los efectos secundarios más habituales están las arritmias y la depresión. Pero lo más peligroso no es eso. El principio activo del fármaco, que provoca contracciones en el útero que facilitan que se expulse el feto o embrión, puede desatar severas hemorragias: la mujer corre el riesgo cierto de morir desangrada. La amenaza de que eso ocurra es más seria cuando el remedio se administra por la vagina, que es lo que recomiendan los que mercadean y trafican con esa sustancia. Siempre afirman que su utilización como abortivo casero no causa problemas, pero el propio prospecto que acompaña al compuesto no es tan tranquilizador: está indicado para el «tratamiento de la úlcera duodenal» y la «prevención de lesiones gastrointestinales»; «si la paciente queda embarazada, debe interrumpirse el tratamiento». La advertencia es clara.

Malformaciones

Pero es que, además, el fármaco puede fallar como abortivo y, en ese supuesto, el niño podría nacer con malformaciones, parálisis o falta de miembros.

En España, el medicamento en cuestión sólo puede adquirirse con receta médica…, al menos, esa es la teoría. Este periódico ha comprobado que hay farmacias que no tienen problemas en dispensarlo aunque el paciente no presente dicho documento. En realidad, se trata de un simple protector estomacal -un remedio de uso corriente-: no habría razones para recelar.

En Internet, en cambio, las cosas están meridianamente claras: el fármaco se vende como un eficaz abortivo. A cambio de unos 70 euros -menos incluso -, los traficantes garantizan un éxito casi seguro. Un ejemplo: «Te puedo ayudar. Mi nombre es Francisca y vendo dosis que consta de cuatro pastillas de 200 miligramos ¡¡¡Ojo!!! Que están vendiendo pastillas de yeso o tiza. ¡¡¡No aceptes imitaciones!!! Te oriento antes, durante y después del tratamiento. Yo personalmente las utilicé».

Pero en la red también hay quien es consciente de los riesgos y desaconseja radicalmente el uso de la llamada «píldora abortiva de los pobres». «No es un medicamento para abortar de forma segura, porque no está hecho para tal fin, sino para las úlceras gástricas. De ahí que muchas veces el aborto no se produzca, o lo haga a medias, con lo que puede haber infecciones, y si la gestación continúa puede provocar daños importantes en el feto. Si estás embarazada y no quieres continuar con el embarazo, te sugiero que acudas a algún centro de planificación familiar o centro de salud o de derechos de la mujer, para que te asesoren sobre la legislación al respecto en tu país y te guíen del procedimiento a seguir sin poner en riesgo tu salud».

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