Conocer las fases del ciclo menstrual y lo que sucede en cada una de ellas es importante para cualquier mujer, pero especialmente para aquellas que quieren quedarse embarazadas. Dentro de los 28 días que habitualmente dura el ciclo hay algunos que son los mejores para concebir mientras que en otros resulta más complicado.
Las fases del ciclo menstrual
El ciclo menstrual dura aproximadamente 28 días, aunque se considera normal que varíe entre 25 y 35 días. El ciclo se inicia el primer día de la menstruación y termina cuando comienza la menstruación del mes siguiente. Este ciclo se puede dividir en tres fases distintas en función a las alteraciones hormonales que suceden durante el mismo:
- Fase folicular: dura aproximadamente del día 1 al 12 del ciclo. Durante los primeros tres o siete días de esta fase tiene lugar la menstruación, en la que se expulsa el revestimiento del útero que se había formado en el ciclo anterior. En la fase folicular hay un aumento de la producción de la hormona FSH (folículo estimulante) que provoca la maduración de los óvulos. Con la maduración se comienza a liberar más cantidad de estrógeno, hormona responsable de preparar el útero ante un posible embarazo.
- Fase ovulatoria: tiene lugar entre los días 13 y 15 del ciclo aproximadamente. Durante esta fase los niveles de estrógeno siguen aumentando y el organismo produce la hormona luteinizante, que se encarga de seleccionar el óvulo más maduro y liberarlo. La liberación del óvulo se produce habitualmente en mitad del ciclo, es decir, el día 14. Este es el momento perfecto para la concepción.
- Fase lutea: abarca aproximadamente los últimos 12 días del ciclo. Al principio de la misma el cuerpo produce más progesterona y estrógenos. El aumento de la progesterona puede provocar sensación de cansancio y debilidad, así como un estado de nerviosismo e incremento del apetito en la tercera semana. Si finalmente no se produce la fecundación, los niveles de estrógeno y progesterona disminuirán y provocarán la eliminación del revestimiento del útero, dando lugar al inicio de una nueva menstruación y ciclo.
No obstante, el ciclo de algunas mujeres puede ser irregular. Esto significa que la menstruación no se produce reiteradamente todos los meses tras un número fijo de días. Algunas de las causas más comunes que producen este desajuste son: hipertiroidismo, anemia, ovarios poliquísticos, diabetes, trastornos emocionales, aparición de inflamación, pólipos o tumores en el aparato reproductor, exceso de actividad física, cambios de anticonceptivo y trastornos de la alimentación que causen excesiva pérdida de peso. Si la irregularidad del ciclo se mantiene durante varios meses es aconsejable acudir a un ginecólogo para que estudie las causas que lo provocan.
La fertilidad durante el ciclo
Cualquier día del ciclo puede ser fértil, incluidos los de la regla, ya que la ovulación varía según la persona y el mes. No obstante, el mejor momento para concebir es cuando se produce la ovulación, es decir, en torno al día 14 si el ciclo es regular. Los días más fértiles incluyen los dos o tres días anteriores y posteriores al mismo. Otra variable a tener en cuenta es la vida de los espermatozoides dentro del cuerpo de la mujer, que es de cuatro o cinco días. Por ello, si la mujer ha tenido relaciones cinco días antes de la ovulación también puede quedar embarazada.
Para estimar qué momento es el más apropiado para concebir, existen diferentes métodos:
- Cálculo numérico: las mujeres con un ciclo muy regular de 28 días sabrán que sus días más fértiles tienen lugar a mitad del mismo (en torno al día 14).
- Observación de ciertos síntomas. En los días cercanos a la ovulación el cuerpo ofrece una serie de señales: sensibilidad en las mamas y cambios en su forma y tamaño, incremento de la temperatura, flujo vaginal trasparente y dolor similar al de la menstruación en los ovarios.
- Test de ovulación: analiza en la orina la presencia de la hormona luteinizante que se produce durante el periodo de ovulación.
En el caso de las mujeres con ciclo menstrual irregular, la concepción puede ser más complicada, ya que el periodo de ovulación puede variar o incluso ausentarse. En este caso no será posible usar el cálculo numérico, sino que habrá que prestar atención a los síntomas del cuerpo o utilizar un test de ovulación.