La supresión del apéndice en una etapa temprana de la vida reduce el riesgo de padecer Párkinson entre un 19 y un 25 por ciento. Así lo asegura un estudio del que se hizo eco en estas fechas ‘Science Translational Medicine’, hallazgo que recalca la importancia del intestino y el sistema inmunitario en la génesis de la enfermedad. De hecho, revelan que el apéndice actúa como un almacén de proteínas alfa sinucleína anormalmente plegadas, estrechamente relacionadas con el inicio y la progresión del problema.
Según la autora principal del estudio, Viviane Labrie, los resultados apuntan al apéndice como un sitio de origen del Párkinson, «brindando un camino para diseñar nuevas estrategias de tratamiento».
«En realidad, el apéndice juega un papel importante en nuestro sistema inmunológico, en la regulación de la composición de nuestras bacterias intestinales y ahora, tal y como demuestra la investigación, en la enfermedad del Párkinson», añadió esta especialista, profesora asistente en el Instituto de Investigación Van Andel (VARI) en Estados Unidos.
El equipo de VARI colaboró con investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, para revisar los registros de 1698.000 personas seguidas hasta 52 años, sumando un total de casi 92 millones de personas por año.
El análisis dictaminó que aquellas personas a las que se les extrajo el apéndice, tenían un 19 por ciento menos de posibilidades de desarrollarlo, porcentaje que creció en las personas residentes en zonas rurales, puntos donde es más frecuente el desarrollo del Párkinson, tal como recoge ‘InfoSalus’.
Estos datos sobre la vinculación del apéndice y el párkinson se obtuvieron de una caracterización y visualización en profundidad de las formas de alfa sinucleína en el apéndice, que eran muy similares a las localizadas en el cerebro de la enfermedad de Párkinson. También se analizaron dos bases de dato grandes de registros de salud.